jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Política | 22 mar 2014

Bitácoras bonaerenses

El corolario Sorchilli, la reacción K y la trastienda política

La fuga del senador bonaerense al massismo despertó al FpV, que activa distintos mecanismo de contención para legisladores e intendentes. Sospechas, versiones de más fugas y los porqué son parte de los entretelones de la escena política provincial.


Por Juan Alfaro (ALFA)
[email protected] -@alfajuan
Especial para ANDigital


Hace una semana, mientras en Santa Teresita se congregaba todo el FpV en una cumbre del PJ Bonaerense, en Tigre el senador bonaerense Fabio Sorchilli –sonriente junto a Sergio Massa– sellaba su pase al Frente Renovador. El estupor, la incredulidad y la sorpresa fue parte del cóctel que muchos presentes en ese lugar digirieron cuando la noticia se hizo oficial.

Sorchilli, de ser casi un “don nadie” en la Cámara Alta, de ser el “suplente de Sergio Berni” en el Senado, escaló cien peldaños y su fuga fue la noticia política de la semana y, además, el factor que produjo un cambio en la correlación de fuerzas en favor del líder del Frente Renovador en el ese cuerpo: su espacio pasó a tener 20 bancas, contra las 19 del Frente para la Victoria.

En medio de la noticia, los representantes de La Rosada y –en especial– los sciolistas, pusieron sobre la mesa la opción de la vuelta a su banca del secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y así recuperar la ventaja para el kirchnerismo. El dilema ya había sido masificado en los medios periodísticos.

Los ecos seguían retumbando y las miradas se posaron sobre Gabriel Mariotto y la presidenta de bloque del FpV en el Senado, Cristina Fioramonti: “Cómo podía ser que se haya desatado otra fuga de alguien insospechado”, fueron las palabras que muchos referentes del oficialismo coincidieron en manifestar fuera de micrófono.

Molestos, apuntaron a la interna que disputan Mariotto y Fioramonti, como consecuencia del garrochazo de Sorchilli. Muchos incluso recuerdan que el ahora senador del massismo se referenciaba en Fioramonti e, incluso, que tenía una muy buena relación con la titular de bloque del kirchnerismo: días antes de su portazo se había comprometido a llevar un lechón a la siguiente reunión política. Promesa que nunca cumplirá.

El efecto Sorchilli seguía expandiendo secuelas, las conjeturas sobre la vuelta de Berni al Senado se tejieron en diversas formas y colores. Desde el bloque del FpV en la Cámara Alta sólo atinaron a esperar el mensaje de La Rosada sobre este hecho. De todas formas, el desafío seguía latente: volver a ser la primera minoría en el recinto.

El martes, Mariotto tenía agendado un almuerzo con todos los senadores del FpV en la Residencia del Vicegobernador: el motivo primario era el de definir la agenda legislativa del 2014. Pero la contingencia de esta fuga generó que la tónica del cónclave fuera distinta.

En un movimiento político de reacción, el vicegobernador anunció la conformación de un interbloque kirchnerista que abarca a los legisladores del Frente para la Victoria y a los senadores Mario Ishii (PJ Néstor Kirchner) y Mónica Macha (Nuevo Encuentro). Ambos senadores fueron los comensales estrella de ese mediodía.

Mariotto, mediante reuniones con Macha y, principalmente, con Ishii, logró que el kirchnerismo ampliado volviera a ser la primera minoría en el Senado: ahora la correlación de fuerzas es de 21 bancas para el oficialismo y 20 para el massismo.

La incorporación de Macha al interbloque era una cuestión casi obvia, ya que Nuevo Encuentro está bajo la órbita de Balcarce 50, tiene buena relación con Mariotto y el escenario con el sciolismo bajó en su tensión en los últimos meses. Fue Ishii el factor más dificultoso, dado que el exintendente de José C. Paz había tomado distancia del FpV bonaerense cuando le bajaron un lugar en el armado de listas de las elecciones legislativas de 2013 y, además, tras la derrota ante Massa, se refirió en duros términos al diseño de la campaña, “motivo” por el cual armó su bloque unipersonal. A todo esto, se sabe que la relación del paceño con Scioli no es para nada buena y siempre apuntó a criticarlo severamente.

Pese a estos rasgos de rebeldía, Ishii fue claro cuando confirmó su alineación al interbloque K: “Queremos acompañar al vicegobernador Gabriel Mariotto y queremos que el Senado de la Provincia siga trabajando con total normalidad”, aseguró. De todos modos, también dejó en claro que “no” apoya la gestión de Scioli y advirtió: “Apoyaré las propuestas que me parezcan correctas y las que no, las rechazaré”.

Con esa noticia, dentro del bloque del FpV también sostienen que pueden contar como “aliada” a la senadora denarvaísta Nidia Moirano. Sin embargo, tanto el apoyo de Ishii como el de Moirano es condicionado: el paceño no avalará fácilmente leyes que sean favorables a Scioli y lo mismo con la legisladora de Unión PRO-Peronista con respecto a las que tengan mucha impronta K.

El efecto Sorchilli hizo que por un momento Mariotto y Fioramonti dejaran sus rencillas de lado y reaccionen ante el golpe quirúrgico que propinó Massa. Hasta el mismo Scioli manifestó en conferencia de prensa que se comunicó con Macha e Ishii para agradecer la formación del interbloque: “Yo mismo agradecí a ambos senadores la actitud de colaboración que han tenido ayer (por este martes) para que nuestro espacio político mantenga la mayoría en el Senado, ya sea en el caso de la senadora de (el titular de la AFSCA, Martín) Sabbatella como en el caso de Ishii, hablé con ambos”, expresó el gobernador.

Antes del anuncio de la alianza, en el sciolismo existía mucha molestia hacia la conducción del Senado y del bloque del FpV. Sin embargo, intentaban bajarle el tono a la fuga de Sorchilli y recordaban que “Scioli ya había gobernado en minoría”. Pero el pase del oriundo de San Antonio de Areco, sumado al del intendente de Merlo, Raúl Othacehé, y su correlato en la Legislatura con las fugas del senador Alejandro Urdampilleta y del diputado Alfredo ‘Loby’ Antonuccio despertaron una alerta en Calle 6, en la “guerra de guerrillas” que Scioli mantiene con Massa sobre al tablero político bonaerense.

“Vamos a tener más y mejor política de contención de cara a los cierres presidenciales”, habían anunciado desde las altas esferas de la Gobernación tras el pase del ‘Vasco’ Othacehé. Los operativos se iniciaron con reuniones de Scioli y sus principales ministros con alcaldes sección por sección, tanto en La Plata como en la sede del Banco Provincia en Capital.

Incluso, Scioli encabezó esta semana un almuerzo organizado por el presidente de la Cámara de Diputados, Horacio González, junto a todo el bloque del Frente para la Victoria para “diagramar la agenda legislativa 2014”. Dato no menor, ya que un reclamo que muchos legisladores dejan trascender desde hace meses –como crítica a Calle 6– es que “el Gobernador nunca comandó una reunión general con legisladores”. Según fuentes del bloque oficialista del Senado, el gobernador está planificando tener un encuentro con senadores similar al que tuvo con los diputados. Operativos de contención que le dicen.

Las sospechas de fugas hacia el massismo están a la orden del día. Desde el massismo avisan que “gota a gota” se irán dando más incorporaciones de intendentes al Frente Renovador. Algunos dan nombres, otros mantienen el misterio. La lista –cierta o no– engloba al intendente de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, hasta incluso la del candidato a diputado nacional en primer orden en 2013 del FpV, Martín Insaurralde. También hay versiones sobre los jefes comunales Stella Maris Giroldi (Campana), Daniel Bolinaga (Arrecifes) y Juan Carlos Pellitta (General La Madrid), entre otros.

En medio de esa marea de especulaciones, surgió un hecho esta semana que conduce a un intendente. Tras días de reuniones en la sede del Banco Provincia en Capital con intendentes de la primera, segunda y tercera secciones electorales, el jueves en Gobernación, Scioli mantuvo un encuentro con los alcaldes de la sexta. El dato llamativo fue la ausencia del jefe comunal de Bahía Blanca, Gustavo Bevilacqua, único intendente que faltó a la cita. Desde su entorno justificaron su ausencia porque “tenía en agenda reuniones con ministros nacionales en Capital”.

Desde Bahía destacan que la relación con La Rosada “es buena”, en especial con Julio De Vido. Además, reconocen que Bevilacqua tiene buena relación con Massa. La distancia estaría con Scioli, ya que la relación en los últimos meses no ha sido la mejor y en los pasillos políticos de esa ciudad se quejan por la falta de obras que hay en el distrito y por algunas “promesas incumplidas”, como así también debido a la falta de atención del Gobernador.

A principios de febrero, Bevilacqua acudió a Massa –llamado telefónico mediante– para que presionase a sus concejales y de ese modo poder aprobar el Presupuesto 2014 local. Acción que el alcalde bahiense oportunamente manifestó: “Le sabré agradecer”.

En los circuitos políticos de Bahía Blanca hay quienes señalan que Bevilacqua está “jugando a dos puntas”, según la disyuntiva “Massa o su compañero de estudios Julián Domínguez”. Asimismo, se escucha que su jefe territorial Dámaso Larraburu –ahora enrolado en el Frente Renovador– “también juega a las mismas puntas”. Muchos son los quienes afirman que el alcalde bahiense sufre “tanta presión”, que la senadora massista Diana Larraburu “está todos los días en la Secretaria Privada filtrando las reuniones y su agenda municipal”.

Después de las elecciones legislativas –donde Massa se consagró con una victoria clara– los pases que más resonaron en la interna del PJ fueron los de Leonor Granados, hermana del ministro de Seguridad de Scioli, y quien al asumir su banca juró “por Néstor”, Alejandro Granados, como las del ‘Vasco’ Othacehé y su tropa legislativa. Pero el caso Sorchilli deposita en el escenario bonaerense una paradoja de mal gusto.

Sorchilli deja en su legado el ser un senador que pegó el salto, se pasó de bando y le sumó una banca, cuando meses antes –ironías de la política– había presentado y firmado un proyecto de Ley (E217/12-13) que establecía “garantía de protección a la voluntad de los electores de la provincia de Buenos Aires”. Esa iniciativa apuntaba a implementar sanciones con suspensión temporaria, inhabilitación o multa de acuerdo lo determinado por cada Cámara Legislativa y conforme a su reglamento a cualquier legislador que se cambie de bando y retenga su banca. Sorchilli, preso de sus palabras, hizo caso omiso a su propio texto. El límite de pensar quién y por qué se fuga a otro espacio se ha superado: puede ser cualquiera.


(*) Periodista. Colaborador de ANDigital.

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