viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº3660

Política | 18 jul 2020

¿Fuera de control?

Luis Arias exigió control y participación ciudadana sobre La Bonaerense: “El vecino tiene derecho”

El suspendido juez se refirió a la posible intervención de esa fuerza en el caso de Facundo Astudillo Castro. Dijo que el ministro del área “no debe ser un sheriff”, tal “la tradición histórica de la Provincia” en este sentido.


LA PLATA-BUENOS AIRES (ANDigital) Es preocupante la actuación de la Policía Bonaerense en el caso de Facundo Astudillo Castro en Villarino, tanto que elementos de ese distrito están sospechados de haber ocultado pruebas e información, e incluso de haber sido parte de la propia desaparición del joven que hoy aparenta ser forzada –al punto que se ha decidido el relevamiento de dos jefes policiales locales–, y ante ello Luis Arias exigió la “participación ciudadana” y recalcó que existe “una desconexión absoluta entre el accionar de los uniformados y los vecinos.

En diálogo con ANDigital, el suspendido juez pidió “poner mucha atención frente a estas problemáticas, que no es la única en la que la Policía tiene este accionar, con ese tipo de excesos y abusos”, y recalcó que “en una fuerza de seguridad donde la mayoría de los agentes están armados, un error o abuso se paga con vidas”.

“Como ministro de Seguridad, Sergio Berni es un gran jefe policial, pero esa labor debe ir acompañado de políticas claras, como un control social adecuado, e incluso la fuerza debiera ser comandada por un civil, con el fin de evitar los compromisos corporativos a los que ya estamos acostumbrados”, agregó el letrado.

Arias recordó que “en la provincia de Buenos Aires hay una tradición de colocar sheriffs en el Ministerio de Seguridad, que lo único que hacen es alentar el odio y la violencia, y no hay políticas de seguridad que tengan que ver fundamentalmente con la participación ciudadana”.

“Así como el Poder Judicial tiene que tener alguna forma de control y participación social, la policía y las fuerzas de seguridad también; habría que preguntarle a los vecinos cuál es el desempeño de cada uno de los policías en el barrio, porque hay una desconexión absoluta entre el accionar de los uniformados y los vecinos”, enfatizó luego.

En esa línea, indicó que “los vecinos tienen derecho a tener seguridad, y en consecuencia a saber qué hacen sus agentes, y tienen derecho a evaluarlos en su gestión”, para sostener que “tradicionalmente sucede en Provincia que cuando un comisario está protegiendo a una bandita de pibes o gestiona zonas liberadas, lo sacan de una comisaría y lo ponen en otra, lo trasladan y así va circulando por todo el territorio hasta que en un momento lo pescan con un sumario o sacan una Ley de Prescindibilidad y lo echan sin sumario”.

“Con la Ley Nº 12.154, la Ley de Seguridad de la primera gestión de León Arslanián, se intentó crear los foros de seguridad, con todo un sistema de controles y de políticas públicas vinculadas a la seguridad, pero eso se fue desmontando con la contrarreforma de Carlos Ruckauf, con Aldo Rico como ministro, quien prometió meter balas a los delincuentes, y así dio inicio a la etapa de los sheriffs que alientan el odio y la violencia, y habilitan a las fuerzas de seguridad, algo que luego se lamenta en vidas”, subrayó.

Tras aseverar que “por derecha o por izquierda siempre la demagogia punitiva está en escena”, entendió que “lo venimos viendo de aquella época hasta acá y ya está probado que no dan resultado, sólo suman más víctimas en las listas de muertos, de un lado y del otro”.

“Entonces tenemos que prevenir, ¿y cómo lo hacemos? Con la gente. Si hacemos un análisis simple, pero muy concreto, vemos que todos saben quién vende drogas, quién hace el delivery y quiénes son los tranzas, los únicos que no lo saben son los policías, porque si no los atraparían. Acá se observa con claridad la connivencia, que también alcanza al juego clandestino, la prostitución... muchas aristas que están al margen de la ley, y el mayor predicamento de seguridad es cumplir con la ley: si la policía comete delitos, cualquiera se siente habilitado a cometerlos, y por eso la ejemplaridad y el cumplimiento de la ley requiere de un acuerdo social, en el que todos nos tenemos que comprometer a cumplirla”, aseveró.

Para cerrar su idea, Arias dejó en claro que “un ministro debe generar políticas en este sentido, de participación social, articular con otras carteras, como Educación, Salud y Desarrollo Social, para evitar la criminalización de situaciones sociales, debe tener una visión holística y amplia, interdisciplinaria con respecto a sus funciones, y no meramente corporativas y vinculadas al uso de la fuerza”.

“Hay un abandono de la política en el territorio, que pasó de los barrios a la televisión, y allí sólo quedó como brazo del Estado la propia Policía y la escuela”, apuntó luego, y remarcó que “hay que articular políticas y ponerlas al servicio del docente, porque la escuela es el mayor servicio de información que existe en el país: los maestros saben qué pibe tiene problemas de violencia, de abandono, de consumo de estupefacientes, conocen la problemática de cada uno de sus alumnos, y el Estado no hace nada con esa información, que serviría para prevenir el delito, porque en la política así como en la medicina siempre es mejor prevenir que curar”.

Al ampliar este punto, Arias aseveró que se debe “poner el énfasis en la escuela, no como educación formal, sino en lo que implica como enclave dentro del territorio y porque implica la puerta de entrada hacia las realidades de cada una de las familias”, pero entendió que “ningún gobierno se atreve a cambiar esta situación porque la Policía termina convirtiéndose en el brazo armado de la política, justamente en el marco de esto que hablábamos del abandono de lo territorial hacia lo mediático”. (ANDigital)

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