Con furia y sin freno

CÓRDOBA (ANDigital) Cosas de la civilización. El día antes, una importante porción de la provincia padecía las consecuencias de un fuerte temporal de lluvia que hizo desbordar ríos y llenar de angustia a miles de cordobeses.

Un amable charleta anfitrión no podía disfrutar a pleno del fin de semana largo en su finca de Santa María de Punilla, ni tampoco del triunfo del ‘Pirata’ ante Nueva Chicago en el comienzo del torneo. Nos decía que la naturaleza se la estaba cobrando contra el hombre.

Algo muchísimo más terrenal: la música y su entorno, es lo que nos llevó a la tierra donde la sangre de Cristo es el fernet. El Cosquín Rock debía acomodarse a las circunstancias y continuar con la que debió ser la noche de cierre, pero fue la del medio.

Después de Las Pelotas y Las Pastillas del Abuelo, apenas pasada la medianoche, Andrés Ciro Martínez salió a escena con ‘Ciudad animal’ y ‘Barón rojo’, dos de sus caballitos de batalla preferidos en la etapa solista. A continuación, ‘Arco’, para deleite de la resistencia piojosa, que no sucumbe ante el fervor ATP que provoca el ahora líder de Los Persas.

En una noche de emociones encontradas, el cantante repasó buena parte de sus hits de los discos solitas Espejos y 27 y regaló ‘Luz de marfil’ y ‘Tan solo’ con Micky Rodríguez de invitado; ‘Genius’; ‘Taxi boy’, ‘Canción de cuna’, ‘Pistolas’ y los celebrados bises: ‘El Farolito/La rubia tarada’, ‘Ruleta’ y ‘El balneario de los doctores crotos’.

Fue pasando las 3 de la mañana cuando sonó el Himno Nacional en armónica como despedida y ante el clamor vía Twitter del propio productor para cerrar la cortina, tras una jornada agotadora.

¿Cómo no sentirse así?

‘Superlógico’, ‘La bestia pop’ y ‘rock para los dientes’, todas acústicas, nada más y nada menos que empuñando la principal espada de Patricio Rey, fue el pico de emotividad en el categórico repertorio de Skay Beilinson. Sucedió cerrando el festival en el escenario principal, Alikal mediante para el por entonces andrajoso equipo de ANDigital.

Desde temprano, el fuego sagrado estaba encendido pues sonó una particular y exquisita versión de ‘Ji ji ji’, para “exorcizar el dolor” de las inundaciones.

‘Flores secas’, ofrendada al público, ‘Paria’, ‘Ya lo sabés, ‘Cicatrices’, ‘Oda a la sin nombre’, ‘Sombra golondrina’, ‘Lejos de casa’ y ‘El sueño del jinete’, pasaron por la lista y otro clasicazo de los Redondos: ‘El pibe de los astilleros’.

Con una canción la tristeza es más hermosa

Al son de ‘Si querés que sea yo’, una toma de posición de Patricio Santos Fontanet, acompañada por decenas de estandartes en el aire, Dos Osvaldo (antes de ayer Callejeros; ayer Casi Justicia Social), arrancó su show minutos después de las 20 en el escenario temático, que como pocas veces concitó más atención que el principal.

Con imágenes de Estela de Carlotto bancando la parada (su nieto, Juano Falcone, toca la percusión en la banda): “La música no mata”, la banda de Villa Celina hizo prevalecer la puesta visual por sobre la arenga explícita.

‘Una nueva noche fría’; ‘O no’, ‘Ojalá se los lleve el viento’ y ‘Los invisibles’, ‘Tanto de todo’, ‘Si me cansé’, ‘Canciones y almas’ y ‘Suerte’ fueron otras de las canciones.

Puntero absoluto en cantidad de remeras durante las tres jornadas del Cosquín Rock y también en niños acompañando a sus padres, las huestes de Callejeros dejaron su sello en la provincia que mejor los cobija.

Atípica edición del festival. Se hizo patente el dolor por la tragedia. Obligados cambios y bajas en la grilla decantaron en que en el último día la serpenteante Ruta 38 hacia el Aeródromo de Santa María de Punilla se transitara fluidamente. La revancha ya se está armando...

* * *