Un teatro que visibilice a las mujeres “amordazadas por el patriarcado”

CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) “Es mi vida, es mi pasión”. Así responde la dramaturga Laura Formento cuando le preguntan qué es el teatro para ella.

La directora, docente, investigadora y productora teatral fue la protagonista de una nueva entrega del ciclo de entrevistas de Dramaturgas, espacio promovido por la psicoanalista y escritora Elena Bisso.

Al hablar de sus proyectos inmediatos, Laura adelanta que lo que se viene es “poner en escena y dirigir” las últimas obras que escribió y están en su libro “Candombe bajo la luna y otras obras” de Editorial Nueva Generación.

Ellas son “Federico” (Sobre los últimos días en la vida de Federico García Lorca), “Lola” (Monólogo sobre Lola Mora), “Candombe bajo la luna” y “El secreto” (Obra sobre La Perichona que era la abuela de Camila O’Gorman).

Interrogada sobre su método de escritura teatral, la egresada de la carrera de Dirección y Puesta en Escena de la Escuela Metropolitana de Arte reflexiona: “Primero puede surgir la idea, el tema, un personaje determinado, las imágenes, un conflicto, algún diálogo que mantienen los personajes sobre lo que uno desea escribir. Luego tomo nota de todo lo que se me ocurre en un cuaderno. Si se trata de un personaje o hecho histórico, investigo mucho antes de empezar a escribir. Después comienzo con la escritura respetando la estructura dramática”.

“Necesito desarrollar un poco la trama para largarme a escribir con fluidez. Por último, corregir varias veces. Al ser actriz y directora teatral, siempre privilegio lo escénico por sobre lo dramatúrgico”, completa Formento, socia activa de APDEA (Asociación Profesionales de la Dirección Escénica Argentina) y de la Asociación Argentina de Actores y de Argentores.

Atenta a la publicación del libro “Mujeres con historia”, la mentora de Dramaturgas inquirió sobre el “conflicto dramático de mujeres”, a lo que Laura respondió: “Los conflictos generales que atraviesan a la humanidad son universales y atemporales, como: el amor, el deseo, la muerte, el destino. No tienen género. El dramaturgo o dramaturga tiene que ser andrógino creativamente hablando, como una vez le escuché decir a Griselda Gambaro”.

“Así es como existen grandes personajes femeninos creados por hombres y muy buenos personajes masculinos escritos por autoras mujeres”, grafica, para luego dar cuenta que “es verdad que existe una dramaturgia de mujeres, porque que callaron nuestras voces por siglos y, si bien algunas cosas han cambiado, aún intentan silenciarnos. Esa es nuestra misión como dramaturgas, visibilizar a las mujeres amordazadas por el patriarcado y la explotación económica”.

“El cambio de paradigma que nos toca vivenciar hoy a las mujeres, nos permite empoderarnos y ocupar lugares que antes estaban destinados solo a los hombres. Surge así la necesidad de una dramaturgia femenina, escrita desde el género, con una discursividad propia que logre transgredir o subvertir el discurso hegemónico masculino. Las mujeres tenemos que seguir escribiendo teatro, marchando y accionando”, sentenció.

Por último, aconsejó a quienes se largan al desafío de la escritura: “Que lean y vean mucho teatro. Que tengan siempre un cuaderno donde volcar todo lo que escriben, lo que los emociona, les duela, los movilice o necesiten darle vida en escena”.

“Que no se desanimen si hay épocas donde la escritura queda en un segundo plano y no surge nada. Por último, que se rodeen de gente que escriban dramaturgia o que tomen buenos talleres. Esto siempre es estimulante y nos empuja a escribir”, sentenció como voz autorizada en la materia.

Laura Formento dirigió más de veinte obras teatrales de autores nacionales, internacionales y de autoría propia. En agosto estrenará “Diva” de Patricia Suárez y en septiembre “Madame Lynch. La flor trasplantada” de Stela Camilletti. (ANDigital)