jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº3687

Interés general | 28 jul 2022

Paseos & Sabores

Guisado de cordero y aire puro en el pueblo alfarero bonaerense

Fndado antes que la propia estación del lugar, el almacén de ramos generales Casa Gallo sigue siendo el epicentro de la vida de Cucullú. A diez kilómetros del casco de San Andrés de Giles, un imperdible.


SAN ANDRÉS DE GILES-BUENOS AIRES (ANDigital) La historia de la pequeña localidad de Cucullú, en el partido de San Andrés de Giles, está unida al paso de las vías del tren, a la vida agropecuaria y a los hornos de ladrillo que se instalaron en la década del 40.

En 1847, Juan Simón e Isidro Cucullú, dos jóvenes hermanos españoles, arribaron a esta región de la provincia de Buenos Aires con una casa de comercio que prosperó y les permitió adquirir amplias extensiones de tierra: así se convirtieron en los fundadores del pago.

En pleno auge local, Jorge Gallo, inmigrante italiano de la región de Piamonte, abrió el almacén de ramos generales que se transformó en el epicentro de la vida del pueblo.

“Se fundó en 1880, dos años antes de la construcción de la estación de Cucullú”, relató Rodolfo Gallo.

En 2018, Rodolfo recuperó el negocio familiar y reabrió las puertas de Casa Gallo, un espacio que conserva el espíritu fraternal del poblado y la buena mano para la cocina.

“Elaboramos un plato del día: guisado de cordero que rota todos los fines semana. También tenemos bife de chorizo con papas fritas o ensalada, y huevo frito; bondiola al verdeo; picadas con tapeo, y pastas como ñoquis, canelones o ravioles”, detalló, al tiempo que acotó que “la propuesta incluye menú infantil”.

Algo de lo nuestro, todos los fines de semana .. nos preparamos para brindarte lo mejor en nuestros platos con calidez,...

Publicada por Almacén Bar - Casa Gallo en Domingo, 20 de marzo de 2022


Vale destacar que Casa Gallo también es una suerte de museo que narra momentos de la vida de Cucullú.

En el patio se emplaza el primer molino que dio agua a las cuatro casas y a la escuela local, en una de las salas se encuentra el motor a explosión que proveía luz al pueblo durante tres o cuatros horas en la noche y aún posee el horno a leña.

“Trabajamos con reservas, aunque sin turnos, si una persona llega a las 12.30 y se quiere quedar hasta la 17, puede hacerlo”, completó Rodolfo. (ANDigital)

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