jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº3680

Interés general | 6 oct 2020

Salud

Advierten que un 60 % de nuevos casos de cáncer de mama no se diagnosticarían este año

Es importante realizar la consulta al mastólogo y los estudios de control a pesar de la pandemia de coronavirus. Detectada a tiempo, esta enfermedad tiene altas chances de curación ¿Cuáles son los signos de alerta?


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Cada 19 de octubre se conmemora en todo el mundo el Día de Lucha contra el Cáncer de Mama. Si bien cada año el objetivo es recordar y resaltar la importancia de un diagnóstico precoz para aumentar las posibilidades de curación, este año la Asociación Argentina de Cirugía acerca algunos datos importantes frente a la pandemia de COVID-19 que estamos atravesando.

El cáncer de mama es un tumor maligno que se da más frecuentemente en las mujeres. Se origina por la reproducción descontrolada, de células anormales en la mama y a pesar de que en algunos pocos casos se conocen ciertas causas genéticas que lo provocan, en la mayoría de las veces, se desconoce su causa.

Esta enfermedad, detectada a tiempo tiene cerca de 95 % de chances de curación, por lo que resulta vital la visita al mastólogo y la realización de los estudios de control. Pero, ¿qué sucede en este contexto?

Al principio de la pandemia, con el aislamiento social obligatorio, se recomendó postergar todos los controles de mujeres sanas e, incluso algunos controles de pacientes en seguimiento posterior a un tratamiento; en especial si tenían otras enfermedades que las pusieran en riesgo del contagio viral. Sólo se continuó con la atención de pacientes recientemente diagnosticadas, que necesitaban su intervención quirúrgica oncológica y su control inmediato posterior.

Con el tiempo, se fue llevando a cabo una lenta y progresiva apertura para la atención de aquellos controles que inicialmente se habían postergado y como consecuencia aparecen datos que podrían llegar a ser preocupantes. Anualmente, en todos los centros de diagnóstico y tratamiento existe una estadística de los casos nuevos de cáncer de mama que se diagnostican y tratan. Y ese número es algo que habitualmente se mantiene o, incluso, presenta un ligero aumento año a año.

Habiendo transcurrido seis meses del inicio de dicho aislamiento, es notorio que se está recibiendo, atendiendo, diagnosticando y operando sólo entre el 30 y 40 % de dichos casos. Lo que quiere decir que hay aproximadamente un 60 % de casos nuevos de cáncer de mama que aún no han sido diagnosticados y, por ende, tampoco tratados. Como consecuencia de ello, cuando concurran a la consulta, es posible que se diagnostiquen en una etapa algo más tardía de lo habitual, con probabilidad de necesitar tratamientos tal vez más agresivos y con disminución de oportunidades de curación.

Es por todo eso que hoy se aconseja que las mujeres no dejen de realizar la consulta presencial con el mastólogo y la realización de la mamografía anual en el momento que corresponda. Todo ello se realizará con los debidos recaudos que se implementan por protocolo en los centros de diagnóstico y tratamiento, como son los turnos más espaciados, una menor concurrencia en las salas de espera, con la debida distancia y los correspondientes elementos de protección personal (tapabocas, máscara facial, alcohol en gel para las manos).

Factores de riesgo

El cáncer de mama, por lo general afecta a las mujeres cerca de la menopausia, no obstante, en los últimos años se lo está detectando en edades más tempranas. Respecto al “cáncer hereditario” representa en la actualidad solamente entre el 5 y el 10 % de todos los cánceres de mama diagnosticados. Este puede sospechárselo cuando aparece en familias en las que algún familiar de primer grado (madre, hermana, o hija), o más de dos de segundo grado (tía, abuela) lo padecieron a edades tempranas (menores de 45 años) o en forma bilateral (afectando a las dos mamas).

Además del antecedente familiar y el hecho de ser mujer, hay otros factores que podrían considerarse de riesgo. Por ejemplo: el antecedente de exposición a radiaciones sobre el tórax (por otras enfermedades) y ciertas enfermedades “pre-malignas” de la mama que aumentan el riesgo a desarrollarlo.

A la vez existen otros factores de riesgo que sí son modificables como la nuliparidad (inexistencia de partos) y falta de lactancia, el uso de terapia hormonal de reemplazo en forma prolongada y el consumo desmedido de alcohol, grasas y el sobrepeso.

Signos de alerta

-Cualquier nódulo o bulto en las mamas, o alteración de su forma.

-Alteraciones de la piel de las mamas, tales como: retracción, induración, coloración rojiza.

-Alteraciones del pezón, tales como: picazón, retracción, ulceración, sangrado u otro tipo de secreción.

-Aparición de ganglios en las axilas.

-Dos grandes aliados: mamografia y ecografía mamaria

Es aconsejable que las mujeres que no presentan ningún síntoma en las mamas comiencen sus consultas de rutina con el médico mastólogo a partir de los 35 años. A esa edad se aconseja realizar la primera mamografía y luego repetirla de forma anual a partir de los 40 años. Mientras que aquellas que tuvieron antecedentes familiares de cáncer de mama, deben comenzar a realizar sus controles diez años antes que la edad a la que enfermó el familiar (por ejemplo, si la madre contrajo la enfermedad a los 40 años, sus hijas deberán comenzar a realizar sus propios controles a partir de los 30 años de edad). Deberán consultar al especialista cada seis meses y realizar una mamografía anual.

No obstante, las mujeres que presenten algún síntoma de los explicados anteriormente deben consultar inmediatamente, tengan la edad que tengan.

Respecto a la ecografía mamaria, es de mucha utilidad como complemento del examen físico y de la mamografía. Habitualmente se indica a las mujeres de 40 años, en conjunto con la mamografía, dado que de ese modo aumenta la sensibilidad del diagnóstico. Es decir, un método puede detectar algo que el otro método no pudo ver y ambos, en conjunto, podrán ver más cosas que cada uno de los métodos por su lado. En las mujeres menores de 30 años, la ecografía es el primer método de elección y a veces el único, quedando la mamografía como complemento en caso de ser necesario a esta edad.

En pacientes muy jóvenes (menores de 25 años) con alto riesgo familiar o genético, en lugar de la mamografía, se puede indicar resonancia nuclear magnética y ecografía mamaria en forma anual.

Y, ¿qué lugar ocupa el autoexamen mamario en la prevención? Es útil que la mujer conozca y reconozca la constitución de sus mamas ya que puede consultar si nota cualquier alteración. Está demostrado que los tumores detectados por el autoexamen en forma periódica son, en promedio, de menor tamaño que aquellos descubiertos por mujeres que no practican el autoexamen, o que no lo hacen con periodicidad (una vez al mes).

Aquellas mujeres que no estén motivadas a realizar el autoexamen, o que, la realización del mismo les produzca un efecto psicológico negativo se les recomienda realizar una consulta al mastólogo de forma más frecuente (por ejemplo, semestral).

***
Asesoró: doctor Juan Luis Uriburu (MN 72.558)

Miembro de la Asociación Argentina de Cirugía. Especialista en Mastología / Jefe de Servicio de Mastología del Hospital Británico de Buenos Aires.-

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