viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº3681

Interés general | 12 jul 2021

Salud

¿Por qué esperar siete semanas entre un test positivo de coronavirus y una cirugía?

Vacunación, PCR, factores de riesgo, y más de 28 millones de procedimientos cancelados a nivel global. ¿Cuáles son las consideraciones para operarse en pandemia?


CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Durante la primera ola de coronavirus, el 70 % de las cirugías fueron pospuestas o canceladas, lo que da como resultado, según estadísticas internacionales, unos 28 millones de procedimientos quirúrgicos. Meses atrás, el volumen comenzaba a recuperarse en varios países -inclusive en Argentina- pero nuevamente, se están visualizando interrupciones en la actividad quirúrgica.

Desde hace más de un año al momento de planear estos procedimientos se suman nuevas medidas para reducir el impacto del contagio en los pacientes que ingresan al quirófano. Por un lado, se demostró que el testeo preoperatorio con PCR permite establecer el diagnóstico y los riesgos que tendría el paciente en su intervención. Por el otro, se crearon lineamientos para el cuidado del equipo quirúrgico con elementos de protección personal y circuitos hospitalarios libres de COVID-19.

¿Pero qué sucede si el paciente dio un test positivo recientemente? En el caso de una urgencia, no caben dudas acerca de que el beneficio supera los riesgos en la mayoría de los casos. En la esfera de las cirugías electivas, un grupo de 15 mil cirujanos llamado COVIDSurg Collaborative determinó que los pacientes infectados por SARS-Cov-2 tienen 2,5 veces más posibilidades de tener complicaciones en los 30 días de postoperatorio, si son operados durante las seis primeras semanas de contagiados.

Es por eso que se sugiere un tiempo mínimo de siete semanas entre un test positivo y un procedimiento quirúrgico con el objetivo de reducir las complicaciones. En el caso de aquellos pacientes que continúen sintomáticos podrían beneficiarse de retrasos aún más prolongados.

La vacunación preoperatoria juega un rol fundamental. Ya que no sólo podría evitar casi 60 mil muertes relacionadas con el COVID-19 en un año, sino que además podría disminuir las complicaciones pulmonares, el uso de las unidades de cuidados intensivos y los costos del sistema sanitario.

Conocer el lapso óptimo entre la infección y la cirugía, el riesgo postoperatorio y obtener información respecto a la vacunación, resultan puntos clave para poder operarse en la era del COVID-19.
Actualmente, la realización o no de una cirugía requiere de la decisión consensuada entre el paciente, la familia y el cirujano tratante.

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Asesoró: Luis Alejandro Boccalatte. Miembro de la Asociación Argentina de Cirugía (MAAC).

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