jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº3680

Municipios | 14 nov 2022

Opinión

La Plata no es una ciudad gorila

Durante 24 años, el peronismo pudo conducir la capital bonaerense y con aciertos y errores sus gestiones dieron mucho y lograron transformaciones que aún hoy perduran.


Con excepción de lo que fue el momento del alfonsinismo y el fenómeno de reunificación electoral del centro hacia la derecha luego de 2015, lo cierto es que el peronismo pudo gobernar la ciudad de La Plata.

Salieron de nuestras calles y diagonales innumerables militantes que han sabido dado acción y testimonio en medio de resistencias, proscripciones y dictaduras. Casi no hay procesos de participación histórica que no tengan un contacto con la ciudad. Incluso muchos platenses terminar conduciendo organizaciones y procesos a nivel nacional.

Durante la elección presidencial 2007, con un modelo exitoso para el peronismo como lo son las colectoras, el total de las candidaturas estuvo en el orden del 70 %, en el 2011 la construcción local superó incluso el nivel medio a nivel nacional que en ese momento logró el Frente para la Victoria.

Durante 24 años, el peronismo pudo conducir la ciudad y con aciertos y errores sus gestiones dieron mucho y lograron transformaciones que aún hoy perduran

Pero ese peronismo que había llegado al gobierno (y luego gobernó con la misma premisa) tuvo dos elementos centrales: la conexión con la identidad e instituciones del cuerpo social platense y la contención de la gran mayoría de sectores del Partido Justicialista.

Hoy aparecen personas que opinan sobre el quehacer social y político de la ciudad sin haber vivido aquí, sin que sus familias hayan transitado por nuestras calles, y con una mirada sesgada realizan análisis que luego caen en saco roto pues no conocen de lo que están hablando.

Una apreciación equivocada y propia de un análisis simplista y poco trabajado es la de identificar a la ciudad con un conjunto de ideas antiperonistas.

Los hechos demuestran lo contrario. Lo que sí tiene la ciudad es una fuerte composición cultural, narrativa y formas de organización que hacen a una identidad propia. Para gobernar desde el peronismo hay que reconocer y hacer parte de nuestra propuesta a esa composición.

En lo que hace al conjunto de la fuerza propia, es importante decir que luego de La Matanza el padrón de afiliados al Partido Justicialista es el más grande la provincia. Lo he recorrido varias veces: hay cuadras donde hay seis o siete familias afiliadas. Cuando hablás, cuando los convocás encontrás historias y convicciones. Pero eso sí, la mayoría no quiere un nuevo “ismo” quiere un peronismo que convoque a todos y no a sectores que pretenden autotitularse “vanguardias”.

Para gobernar la ciudad hay que reconocer a todo el peronismo: los resultados de cuando un sector se “autopercibe” como más importante, están a la vista.

Se puede gobernar, porque ya lo hicimos, pero además porque tenemos ante nosotros dos situaciones.

El actual intendente Julio Garro no ha logrado una marca de gestión. Luego de muchos años aún sigue hablando del pasado y no logra asociar su nombre a un tema. Cada vez que realizamos encuestas o que caminamos y hablamos con vecinos, aparece este dato.

El otro punto es que como no pasa desde 2015 las opciones liberales (radicales, PRO, más neo derechas) no van a presentar un frente electoral único. Y eso es un tema de matemática y aritmética electoral que los va a perjudicar.

La elección depende más de la propuesta del peronismo que de Garro.

Depende de conectar con los temas de la ciudad y tener un programa de trabajo, orden, revalorización del espacio público, sustentabilidad y la realización de un shock de infraestructura en los casi mil kilómetros que hacen al territorio de La Plata.

El oficialismo local, de manera inteligente, tapa su falta de proyecto y pone el eje en algunas voces de la oposición.

Por ejemplo, dice “no a la zona roja” y algunas voces opositoras contestan que eso es “estigmatizar”.

Todos sabemos que la denominada zona roja es un lugar donde circula la venta de drogas, y es una problemática que la gran mayoría de los platenses quieren resolver.

Si nosotros dudamos ahí, entonces Garro arma su campaña desde allí.

Con esto no quiero estigmatizar, pero sí quiero dar un ejemplo de las razones por las que luego el jefe comunal macrista suma votos.

En definitiva, más allá de nombres o modalidades de selección, el futuro de la elección 2023 se define en gran parte en la propuesta del peronismo.

Deberá definirse si pretende ser la convocatoria a muchos y muchas platenses para hacer de la ciudad un lugar mejor o si se refugia en un elitismo vanguardista que lo transformará en un centro cultural.

(*) Secretario general del Partido Justicialista de La Plata.

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