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Interés general | 21 mar 2014

Salud bucal

Nuevas técnicas para el tratamiento de las caries sin usar el torno

Ablandan la dentina, uno de los tejidos más duros del organismo, por medios químicos o por láser, para luego removerla con instrumentos mínimamente invasivos. Se presentan en el 31º Congreso Internacional del Círculo Argentino de Odontología a realizarse en la Ciudad de Buenos Aires.


CAPITAL FEDERAL, Octubre 24 (ANDigital) A pesar de haber movilizado parte del desarrollo de la odontología moderna, el torno de alta rotación ha sido y es –hay que decirlo aunque duela– el instrumento más odiado por los pacientes, cuya salud bucal tanto le debe.

La conjunción entre el agudo ruido, la vibración y el potencial dolor que produce es el principal factor de estrés en la consulta odontológica, y quizás, un motivo por el cual algunos pacientes demoran tanto sus visitas al dentista.

Pero existen nuevas técnicas odontológicas que logran algo que hasta hace poco se consideraba imposible, el avance de la odontología sin torno, con métodos que demuestran eficacia clínica con un confort mucho mayor para el paciente, ya que reemplaza la alta rotación por instrumentos mucho menos invasivos, y no requiere anestesia.

“Presento una técnica mínimamente invasiva para la remoción del tejido con caries, en la cual se utilizan instrumentos manuales no cortantes, asociados con agentes que ablandan químicamente la dentina cariada”, explica la doctora Sandra Kalil Bussadori, especialista en odontopediatría de la Facultad de Odontología de la Universidad de San Pablo (Fousp), docente de la Cátedra de Materiales Dentarios y coordinadora del Centro de Investigaciones de la Universidad Metropolitana de Santos (Unimes), entre otros cargos.

Esta revolucionaria técnica, que según aseguró la especialista estaría siendo utilizada ya por algunos odontólogos también en la Argentina, será expuesta con todos sus detalles y la experiencia clínica que la avala ante los profesionales en el 31° Congreso Internacional del Círculo Argentino de Odontología (CICAO), que se realizará los días 25, 26 y 27 de octubre de 2012 en el Hotel Hilton de Buenos Aires.

El producto que se usa para ablandar la dentina es un gel compuesto básicamente por papaína y otros componentes. “La combinación de esos componentes de la fórmula proporciona una remoción segura del tejido cariado, con un efecto antiinflamatorio local y bactericida –prosigue Bussadori–. El tejido cariado se torna blando y puede ser removido fácilmente mediante instrumentos manuales sin filo, prescindiendo así del uso de motor y de anestesia, lo que torna al procedimiento de remoción de caries rápido y mucho más confortable”.

La versión actual fue aprobada en 2011 por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria brasileña (Anvisa), autoridad competente en el área de medicamentos.

Este gel puede ser usado en cualquier persona, independientemente de la edad, e incluso sin importar si la caries se halla en un diente “de leche” o en una pieza permanente: “Funciona de la misma manera en la dentición temporal y permanente, ya que sólo actúa en el tejido cariado, sin importar la profundidad”, señala la especialista brasileña.

“Por supuesto, el dentista realizará exámenes clínicos y radiográficos para determinar si existe implicación de la pulpa a través del proceso de la caries, y si es así tomará medidas terapéuticas adecuadas, pero el gel no interfiere con nada en el proceso: mientras hay tejido cariado, puede ser utilizado”, precisa, para dar cuenta que “luego de eliminar la caries, para la reparación de la pieza dentaria, el dentista utiliza un cemento de ionómero de vidrio”.

En tanto, Bussadori remarca que “para remover el tejido cariado, hasta el día de hoy, las fresas de acero y los tornos de baja rotación son los instrumentos más usados. Estos proporcionan una mayor velocidad de remoción, pero al no ser selectivos pueden afectar estructuras sanas”, al tiempo “que los resultados clínicos de uso de la nueva técnica químico-mecánica, en cambio, mostraron, además de un mayor confort y menos dolor, un menor riesgo de dejar expuesta la pulpa dental (el tejido interno del diente, más blando que la dentina) y de dañar tejidos sanos que con los métodos convencionales.

Un objetivo ansiado

“La caries es un tejido enfermo que hay que remover, y hasta hoy la única forma de hacerlo era mediante instrumental rotatorio combinado con instrumental filoso de mano”, expresa el doctor Leonardo Stiberman, presidente del 31º Congreso del Círculo Argentino de Odontología que se realizará en octubre.

Además del tratamiento mencionado, la odontóloga brasileña Giselle Santanna hará la presentación correspondiente a la terapia fotodinámica, que también permite el tratamiento de las caries sin torno, pero en este caso mediante un dispositivo basado en láser.

“En el año 1997 la FDA aprobó el  tratamiento de las caries con láser, equipos muy sofisticados y costosos que hacen que sea muy difícil utilizarlo masivamente; la nueva terapia fotodinámica, que será presentada en el país en nuestro congreso, es de costo mucho más accesible. En ella, el láser interactúa con una sustancia marcadora y destruye  selectivamente solo el tejido enfermo de la caries y los microorganismos que la producen”, puntualiza Stiberman.

La terapia fotodinámica es un novedoso tratamiento antimicrobiano, mediante cuya aplicación se logra una completa asepsia y desinfección de los dientes previo a su restauración. Esta terapia también puede ser usada en encías inflamadas, en tratamientos de conductos contaminados, y en toda patología con bacterias involucradas.

La eliminación químico-mecánica también tiene sus antecedentes. En 1972, cuando apareció un producto llamado GK 101, que permitía una eliminación sumamente lenta del tejido cariado. En 1984 la FDA estadounidense aprueba otro producto de efecto más rápido –el aminobutírico-N-monocloro-DL-2, o NMAB–, el cual además de no eliminar eficazmente el tejido cariado, necesitaba del uso de calor intenso, una gran cantidad de solución fisiológica y una aparatología compleja y costosa.

Pero para que fuera posible utilizarlo en gran escala y en aplicaciones significativas a nivel de salud pública se requería de un producto más eficaz y de aplicación más sencilla. Así fue que la doctora Kalil Bussadori, junto con la farmacéutica Marcia Miziara, desarrollaron alrededor del año 2000 un gel de alta viscosidad, a base de papaína –componente activo extraído de una planta tropical llamada papaya–, cloramina y azul de toluidina, capaz de producir un ablandamiento eficaz de la dentina.

“Siempre he tenido la meta de hacer un tratamiento dental más ‘cool’ para los niños, y para los adultos también –cuenta la doctora Kalil Bussadori–. La eliminación química y mecánica de la caries ya era utilizada, pero el material era importado, y muy caro para los estándares brasileños. Hablando con mi madre, que era nutricionista e investigadora, me di cuenta de que la papaína tiene propiedades excelentes y podría ser una alternativa a la eliminación química de la caries. De aquí surgió la idea y comenzamos a investigar la sustancia farmacéutica junto con la doctora Miziara. Tres años más tarde, después de las investigaciones y pruebas realizadas por mí y mi grupo de estudio, llegamos a la fórmula final”.

De manera que desde 2003 se empezó a utilizar la primera versión del producto, y varias publicaciones científicas y pruebas de seguimiento confirmaron su eficacia y seguridad.

“Está bien aceptado por los dentistas, especialmente entre aquellos que están insertos en la filosofía de mínima intervención y la preservación de las estructuras sanas”, aunque “algunos profesionales todavía se resisten a seguir esta filosofía, pero la preservación de la estructura dental sana es lo que hay de más moderno en odontología, y se basa en la evidencia científica que demuestra su éxito”, remarca la especialista del país vecino.

Por último, sostiene que “junto con la educación y la lucha preventiva, este tipo de tratamiento cumple con los requisitos para un programa eficaz de promoción de la salud, que se basa en la conservación de la estructura del diente, evitar la fatiga del operador manual, evitar el dolor y la incomodidad para el paciente, la lesión pulpar, el uso de anestesia, con un sistema de bajo costo y una técnica de aplicación simple”. (ANDigital)

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