

CAPITAL FEDERAL, Septiembre 10 (ANDigital) Este lunes 10 de septiembre se cumplen 36 años del asesinato de Sergio Karakachoff perpetrado por fuerzas represoras en pleno gobierno de la última dictadura cívico-militar.
Las crónicas partidarias siempre recuerdan que una de sus premisas era remarcar qué significaba para él la militancia: “Un militante no es un héroe. Simplemente quiere vivir. Simplemente no se conforma con aceptar que otros han decidido ya su vida, su futuro, sus módicas ambiciones y su muerte".
La dictadura persiguió a una generación de jóvenes que se comprometieron con los demás, con el prójimo. La Unión Cívica Radical tuvo, entre tantos dirigentes que se distinguieron por su militancia, tres ejemplos cabales de hombres que desafiaron los postulados autoritarios hasta dar la vida por sus ideales: En Libertador San Martín (Jujuy), el ex intendente Luis Aredez, quien hoy permanece desaparecido. Fue detenido en 1976 por fuerzas represoras que se desenvolvieron con respaldo logístico e ideológico de la empresa Ledesma S.A. cuyo dueño es Carlos Pedro Blaquier y cuyo Juicio por la Verdad está en pleno desarrollo en esa provincia del norte argentino.
En Chubut, desarrolló su labor el ex diputado nacional Mario Amaya y en el ámbito metropolitano y bonaerense fueron Raúl Alfonsín y Sergio Karakachoff los que encabezaron una lucha de forma incesante para que se respetaran los derechos de los presos políticos.
Enfrente arremetían con fiereza las fuerzas armadas con complicidad del empresariado que timoneaba el poder económico para consagrar su perverso efecto de proscripciones, ilegalidad, corrupción, violencia, tortura, secuestros y muerte.
Sergio nació en 1939 en La Plata. Su fuerte convicción y militancia radical lo habían ido preparando desde sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Rafael Hernández, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, donde fundó y participó en el Centro de Estudiantes Democráticos del Colegio Nacional hacia mediados de la década de 1950. Posteriormente cursó estudios superiores en la misma universidad, graduándose como abogado en 1965.
En ésta última integró en centro de estudiantes de Derecho, al que llegó a integrar a través de la agrupación “Unión’, compuesta por militantes radicales, socialistas e independientes, la que sería más tarde el germen de Franja Morada agrupación universitaria de la UCR.
Según consigna el blog de la JR de Bahía Blanca, Sergio también realizó estudios de periodismo en aquella casa de altos estudios, y más adelante editó “El Sureño” en esa ciudad en 1966. Participó además en “El Correo de la Tarde” de la ciudad de La Plata. Además, fue un destacado columnista del diario “La Calle” que clausuró la última dictadura militar. Pero, tal vez fue e! diario “En Lucha, órgano de militancia radical” donde se pueden encontrar sus más encendidas notas en defensa del sistema democrático.
El Ruso, como le decían sus amigos, militaba por la defensa de los métodos pacíficos para luchar por las ideas. Creía en la solución democrática hasta las últimas consecuencias. Rechazaba el camino de la lucha armada porque, sostenía, no creía en esa “lucha de aparatos”. Las únicas armas que utilizaba Sergio eran sus ideas y sus palabras, con ellas era prácticamente invencible.
Pronto encontraba la respuesta. Sus convicciones lo llevaban a afirmar que era necesario construir la Unidad Nacional, encontrar los comunes denominadores y enfrentar a los autoritarios y a sus socios en el silencio, quienes con el correr de los años conformaron un bloque de poder económico fortalecido durante las noches dictatoriales. Y fue Sergio Karakachoff uno de los primeros en articular esta respuesta, que era la que el pueblo esperaba de la Unión Cívica Radical. Convencido de su camino, trajinó cada día de su vida abriendo surcos desconocidos hasta entonces.
La dictadura militar de 1966, lo encontró atento, preocupado, aumentando su abnegada militancia, actuando como profesional. Es representante legal de dirigentes gremialistas, como abogado de la CGT de los Argentinos, en defensa de los derechos humanos y de la democracia como único camino.
Su cadáver, después de su secuestro y tortura, el 11 de Septiembre de 1976 fue encontrado en las cercanías de Magdalena, en los alrededores de La Plata.
Los asesinos habrán imaginado que apuntaban bien. Sin dudas lo hicieron, pero con ello no acaban con su prédica. Lo que desconocían es que, como señala Albert Camus: “la desesperanza no proviene de las derrotas, sino de desconocer el sentido de la lucha”.
Sus concepciones sobre la militancia
Karakachoff estaba convencido de que no debían tener cabida en la U.C.R. quienes aceptaban mansamente los mecanismos del poder instaurado por el régimen o sus continuadores. Los consideraba ideológicamente vencidos, e irrecuperables. Entendía que las posiciones complacientes convertían al radicalisrno en socios de los poseedores, y corresponsables de la consolidación y el agravamiento de las injusticias de los desposeídos.
Replantea la posición con el peronismo, y luego cuestiona el estilo de militancia: el partido no podía ser sólo el Comité, sino que debía salir a la calle, a los barrios, a las asociaciones vecinales, meterse en los sindicatos y en las asociaciones intermedias.
Recorre el país incesantemente pasa construir un radicalismo diferente al que conoce, pero jamás ocupa un cargo de primera línea, porque tenía claro desde siempre los verdaderos objetivos que debe perseguir la militancia política.
En síntesis, un ejemplo de los que no abundan en la actualidad, y por supuesto un auténtico modelo a seguir, que incluso pagó con su vida la defensa de sus ideales.
El significado de Karakachoff, hoy
La lucha de Sergio sigue vigente. Sigue vigente porque persisten los mismos adversarios, solapados o no. Sigue vigente porque nuestro país, algo absolutamente impensado hace 30 años, sufrió un deterioro en su tejido social de magnitud catastrófica.
Hoy la historia en otro aspecto, es diferente. Ya nadie teme una asonada militar en la Argentina, simplemente porque los poderosos no la necesitan. Y aquella respuesta que hallamos hace 36 años es insuficiente. Porque muy a pesar nuestro, el pensamiento conservador, la reacción, el antipueblo, la oligarquía, han hecho pie en los partidos populares.
Esto no es un simple consuelo, es la reafirmación de que vale la pena correr el riesgo cuando hay un profundo convencimiento.
También lo recuerdan los diputados nacionales del radicalismo
La secretaría de prensa del bloque de diputados nacionales de la UCR publica este lunes en su página (www.bloqueucr.gov.ar; [email protected]) una sentida nota en homenaje a Sergio, que transcribimos a continuación.
La UCR recuerda a Sergio Karakachoff
Sergio Karakachoff nació en la ciudad de La Plata, un 27 de junio de 1939, y su militancia comenzará en el colegio secundario Rafael Hernández, dependiente de la UNLP. Sergio fue fundador y activista del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional, participó además, en las actividades coordinadas por la Federación de Estudiantes Secundarios Democráticos, los cuales luchaban por la vigencia de la libertad en nuestro país.
Se afilió a la Unión Cívica Radical, fue Convencional Nacional y candidato a diputado nacional, desarrolló sus ideas en beneficio de la estructura partidaria y trabajando por los derechos de los trabajadores, los desposeídos y los más débiles, como le gustaba decir en sus intervenciones públicas a Leandro Alem.
La dictadura militar que se inició en 1976 no lo tomó desprevenido. Ya había argumentado en reiteradas oportunidades, sobre la necesidad de que los partidos populares tuvieran una estrategia común para enfrentar a los intereses de los sectores de privilegio y de las corporaciones. Fiel a su militancia, ante la declinación de las garantías propias del sistema democrático, defendiendo ante la justicia a obreros, sindicalistas y activistas políticos, militantes todos ellos, de la libertad y de los derechos de los ciudadanos.
Sergio Karakachoff tuvo una oratoria con la que comunicaba a sus correligionarios y amigos, la importancia de defender la Justicia , la Libertad y los Derechos Humanos, condenando con claridad los métodos violentos y haciendo un llamado a las fuerzas populares para lograr políticas de consenso en beneficio de las grandes mayorías.
Esta postura política marcará su destino. Sus últimos años estuvieron consagrados a defender a los perseguidos políticos y a reclamar ante la justicia por los detenidos desaparecidos. Esa fue su lucha, hasta que un 10 de septiembre de 1976, fue asesinado por la dictadura militar. Sergio Karakachoff es para los militantes del radicalismo y de la militancia política en general, un ejemplo de lucha y compromiso, y su fin era lograr para nuestro país una democracia con sentido social.
Se cumplen 36 años de su desaparición física y, en tal sentido, los militantes radicales, que seguramente seremos el principal motor de la recuperación de nuestra herramienta partidaria, debemos reflexionar sobre la entrega que tuvo Sergio en su lucha por los ideales que formaban parte de su acción política diaria. Seguramente allí, encontraremos modelos válidos de militancia, que nos permitan obtener estrategias de acción militante, con el propósito de devolverle al radicalismo, un lugar en la escena política nacional y, en consecuencia, volver a ser alternativa de poder, para concretar la revolución radical que soñaron y pusieron en marcha, los dirigentes y militantes, que dieron origen a la Unión Cívica Radical. (ANDigital)