

Un delito que no cesa en los campos de la provincia de Buenos Aires desde hace años es el abigeato, cuyas penas judiciales son irrisorias y para el que los medios preventivos –llámese las patrullas rurales– son mínimos, ya que las pocas patrullas que hay que deben recorrer cientos de miles de hectáreas con muy poco personal y, en ese marco, en Coronel Pringles un indignado productor ganadero colgó dos cabezas de terneros en el mástil de la plaza ubicada frente a la Municipalidad.
Se trata de Santiago Bertolotto, un pequeño productor de esta ciudad del centro de la provincia de Buenos Aires quien, cansado de la matanza de vacunos en los establecimientos rurales, decidió protestar ante las autoridades. Por la protesta le aplicaron una infracción, luego de radicar la denuncia en la delegación de Patrulla Rural.
En diálogo con ANDigital, Bertolotto argumentó la infracción, diciendo que está cansado de que nadie reaccione: “Los productores no tienen miedo, pero muchos no hacen la denuncia porque después no pasa nada, los delincuentes son siempre los mismos y conocen muy bien los apellidos acá; no hay que callarse más, hay que protestar”, disparó.
Por otra parte, señaló que hay una legislación que el municipio puede aplicar, y se refirió a que “la principal herramienta para combatir la faena clandestina y el abigeato la tienen los intendentes municipales” ya que “si se controla la venta en negro (la cual prolifera en en redes sociales como Facebook o WhatsApp), deja de ser una excelente negocio robar un animal”.
Al dividir culpas de la no aplicación de la ley, dijo que “siempre le van a echar la culpa a los fiscales y los jueces que, dicho sea de paso, la justicia está destruida”, afirmó.
?| A un productor agropecuario le robaron dos terneros, que carnearon antes de llevárselos, y a modo de protesta por el abigeato decidió colgar las cabezas de los animales en un mástil del centro de la ciudad de Coronel Pringles, muy enojado por la falta de seguridad en el campo pic.twitter.com/iVDHXUKAeV
— ANDigital (@ANDigitalOK) February 5, 2023
Acerca de la legislación vigente, corresponde aplicar al artículo 108 inciso 5 de la Ley Orgánica de Municipalidades, que reza: “Adoptar medidas preventivas para evitar incumplimientos a las ordenanzas de orden público, estando facultado para clausurar establecimientos, decomisar y destruir productos, demoler y trasladar instalaciones. Para allanar domicilios, procederá con arreglo a lo dispuesto en el artículo 24 de la Constitución de la provincia de Buenos Aires que señala: El domicilio de una persona no podrá ser allanado sino por orden escrita de juez o de las autoridades municipales encargadas de vigilar la ejecución de los reglamentos de salubridad pública y a este solo objeto”.
En se marco, agregó “que por ello no solo es un derecho del intendente, también es un deber allanar donde exista carne obtenida por faena clandestina. Y puede allanar no solo negocios (incluidas las cámaras del fondo) sino también casas particulares, tal cual lo autoriza la máxima norma provincial”, y completó: “Después investigaría estos delitos. Si los intendentes lo hicieran, esto dejaría de ser un negocio”.
¿Después de la faena, qué? Ante esta pregunta Bertolotto respondió que “más que control es la acción del después, porque la carne entra al pueblo de todos lados, se compra y se vende y en un problema de toda la vida, ahora está más agravado –puntualizó–, creo que todos los que conocen el sector agropecuario saben que esto sucede desde hace años. Y está agravado también con los robos de distintas cosas en el campo: herramientas, garrafas de gas, comida ropas de cama, alambres, herbicidas, cosas”.
Dos terneras de 170 kilos fue lo que le robaron al productor, quien perdió los estribos, cargó las cabezas de los animales en su camioneta, bajó la bandera del mástil frente al palacio comunal, entregó doblada la insignia nacional al placero y colgó los vacunos para que los vean las autoridades municipales. Inmediatamente fue advertido por la policía comunal y llevado a la Comisaría para ser pasible de una infracción por su accionar.
Tras recordar varios hechos de abigeato en la zona, Bertolotto expuso que “el productor que sufre permanente robos sabe que en el año 2 o 3 animales le pueden robar. Justamente estos días le pregunté al encargado de un campo cercano a Pringles, para el lado de Bahía Blanca: 10 animales le faltaron en 2022, otra estancia para el lado de Laprida sobre ruta 51, mínimo 20 en el año; si uno empieza a sumar todos los animales que faltan de todos los productores de la zona, son un montón”.
🎥| Santiago Bertolotto, el productor de la original protesta tras el robo de ganado en Coronel Pringles, dialogó con @DinoDeRadio en una entrevista para @ANDigitalOk pic.twitter.com/N3jEFYCBjJ
— ANDigital (@ANDigitalOK) February 6, 2023
Volviendo sobre la aplicación del artículo 108 de atribuciones a los municipios, Bertolotto relató que en la localidad de Mayor Buratovich a un productor le habían faenado 4 vaquillonas de 450 kilos para Navidad, y dijo que en toda la zona de Luro, que son 4 o 5 pueblos (Luro, Mayor Buratovich, Ascasubi, Médanos y Algarrobo, todo en el partido de Villarino), empezaron a hacer una serie de usos de las leyes que están, y a controlar las carnicerías y los lugares de venta para buscar carne robada”.
“Entonces, aplicando esos factores, empezás a desarticular el delito y el negocio; esto es una herramienta más, el tema es que no hay decisión política”, remató.
Por último Bertolotto afirmó que las personas que faenan ganado “son siempre los mismos, todos saben muy bien quiénes son. Cuando los agarran una vez infraganti, tienen identificados los apellidos, es un círculo vicioso que está instaurado y es un momento de delincuencia, matan y roban vacunos y además se meten en una propiedad privada. Hay impunidad, es robo y eso es lo que no entiendo”.
“En el momento que descubrí la cabezas de los animales que me habían faenado, llamé a la patrulla, constatan los restos de los terneros y les dije: voy a acompañar a la patrulla y después voy a colgar las cabezas frente el municipio”, recordó.
Y cerró: “Hubo dos casos más similares, un productor tiró las achuras frente al palacio municipal y otro –ya fallecido– tiró los cueros de los animales que le faenaron frente a la comuna a manera de protesta. Yo fui consciente de lo que hice y me hice cargo aunque me llevaran detenido, no está bien lo que hice, no hay que callarse más porque esto es impunidad absoluta”.