

A dos años del hecho, así se encuentra la investigación, por la que nunca se detuvo a Diego García. Pase y vea los avatares de una causa que llama poderosamente la atención.
Este 24 de febrero se cumplieron dos años del inicio de la causa penal que tiene como imputado al exjugador de fútbol del Club Estudiantes de La Plata Diego García, cuyos cargos son por abuso sexual con acceso carnal. Enfrenta una pena en expectativa de entre 6 y 15 años de prisión, aunque nunca estuvo detenido y el juicio –que aún no tiene fecha– estará a cargo del Tribunal Oral y Criminal Nº 5 del Departamento Judicial La Plata.
En esta nota el “siga, siga” de la Justicia, el revés para su defensa y las constancias en el expediente que ya cuenta con la declaración de sus otrora compañeros del plantel “Pincha”. La denunciante aún tiene secuelas por la violación de la que fue víctima. ANDigital se comunicó con ella y se puso a disposición, aunque la denunciante prefirió no hablar.
La fiscal Cecilia Corfield, titular de la UFI Nº 15 del Departamento Judicial La Plata, dio por terminada su investigación penal preparatoria y se desprendió del expediente que se inició el 24 de febrero del año 2021. La causa tiene como víctima a Clara Bulacio, una joven que manifestó haber sido violada por el entonces jugador de Estudiantes Diego García Cardozo.
Según obra en el expediente al que tuvo acceso ANDigital: “El día 24 de febrero de 2021, en horas de la tarde noche, en ocasión de celebrarse un encuentro festivo en una quinta ubicada en el kilómetro 52 de la Ruta 2, en la localidad de Abasto, con un número indeterminado de asistentes entre mujeres y varones, y en circunstancias en que Clara Bulacio –quien había ingerido bebidas alcohólicas– se disponía a ir al baño de la finca ubicado en el interior de la construcción principal, fue sorprendida por uno de los concurrentes –hoy individualizado como Diego Gonzalo García Cardozo–, quien la introduce en el baño y, aprovechándose de su estado de indefensión producto de la ingesta de alcohol, previo a ejercer violencia física contra la nombrada, la accede carnalmente vía vaginal, para luego eyacularle en la zona de las piernas, obligarla a limpiarse y así retirarse García Cardozo del baño, consumando de tal el abuso sexual, permaneciendo la víctima en su interior, ocultándose por un tiempo en la bañera hasta que finalmente salió del lugar”.
Esa es la hipótesis acusadora avalada por el juez de Garantías y por los Magistrados de la Cámara de Apelaciones que valoraron el trabajo de la fiscal y dieron paso a la causa penal para que la misma quede radicada en el Tribunal Oral y Criminal Nº 5 de La Plata. Otros dos magistrados de la citada Cámara convalidaron el trabajo de la fiscal, y además rechazaron los argumentos de la defensa.
Pese a que la acusación es severa, la fiscalía no solicitó la detención de García en ningún momento y los jueces tampoco consideraron que la misma debía darse, un claro “siga, siga” del Poder Judicial ya que por mucho menos cualquier ciudadano de a pie es privado de su libertad en aras de “garantizar la transparencia del proceso” y de evitar así caer en los denominados “riesgos procesales”.
Conocida la imputación para García, y formalizada la acusación, el Club Estudiantes de La Plata se desprendió del jugador y lo cedió a préstamo, hoy el deportista integra el plantel profesional de Emelec, de Ecuador.
Disidencias con la fiscalía e informes psicológico
Iniciada la denuncia contra García, Bulacio contó con el patrocinio letrado particular del abogado Ricardo Callabá, aunque luego hubo disidencias que llevaron a la víctima a cambiar de patrocinante, y hoy asumió el rol de particular damnificado Marcelo Peña.
A diferencia de la acusación fiscal, la punta de lanza particular plantea que debe incorporarse la imputación por “lesiones” ya que Clara Bulacio presentaba un hematoma en su rostro y explicó en la causa que se trató de un golpe asestado en el marco del ataque del que fue víctima por parte de García.
Corfield entendió que esa lesión no estaba constatada por médicos legistas y que no podía agregarse dicha imputación ya que por vergüenza la denunciante se negó a la realización del Reconocimiento Médico Legal. De todas maneras, los jueces que dieron vista al expediente hicieron lugar a la acusación fiscal y se apoyaron en los informes psicológicos que elaboraron los peritos, y en sus conclusiones los especialistas dan cuenta de que las secuelas que posee la víctima son contestes con un violento ataque sexual.
ANDigital tuvo acceso a esos documentos y el perito y psicólogo Pablo José Capurro volcó su conclusión tras las entrevistas que mantuvo con Bulacio: “Mantiene juicio crítico y el criterio de realidad, se advierten indicadores de trastorno psiquiátrico activo compatibles con las de un trastorno adaptativo con síntomas de ansiedad (síntomas fóbicos/evitativos), situación por la que requiere asistencia psiquiátrica y psicológica regular, tal como viene realizando”.
“Estos síntomas padecidos se precipitan en compatibilidad cronológica temporal con las situaciones ventiladas, se advierte esmero en la reconstrucción conductual y vergüenza ante la situación de evaluación sobre todo respecto de la exploración de aquellos comportamientos que enmarcan el presente examen, desarrollando con angustia un relato coherente, fluido, con detalles precisos y con la posibilidad de otorgar una secuencialidad cronológica sobre los mismos. En este sentido no surgen indicadores de fabulación o inducción del relato. Se considera que la examinada se encuentra en condiciones actuales de participar de una audiencia de debate oral...”, se concluyó.
Sobre el imputado Diego García, los peritos explicaron: “Se trata de una personalidad de base neurótica, con prevalencia de los mecanismos defensivos de racionalización y aislamiento emocional, sobre la base de la represión. La capacidad para la prueba de realidad, la comprensión y el discernimiento, se hallan mantenidas, pudiendo reconocer las normas sociales vigentes, y diferenciar lo correcto de lo incorrecto de un accionar. No se han detectado indicadores compatibles con rasgos psicopáticos, perversos, ni déficits severos en la regulación de los impulsos”.
García dio su versión del caso pero sin hablar ya que lo hizo presentando un escrito: no negó haber estado en el lugar de los hechos con la denunciante, incluso presentó dos videos que fueron sumados al expediente. En las imágenes se ve a Bulacio bailando alrededor de la pileta, García también presenta dos testigos, uno de ellos el entonces jugador de Estudiantes Ángel González, quien dijo ante la fiscal que no observó nada raro en la fiesta y calificó a García como un “buen compañero y amigo”.
A su vez, la fiscal consideró que el testimonio de González no arrojaba claridad sobre el hecho ya que no estuvo presente en el momento del ataque, ni siquiera compartió ese ambiente.
Los planteos de la defensa
El abogado Diego Hernán Bandín es quien representa a García en su acción defensista, planteó ante tres jueces que las lesiones de Bulacio no están certificadas en el expediente, y en ese sentido señaló que la autoría de su asistido no está probada y que el hecho no fue esclarecido. En esa misma linea sostuvo otra teoría del caso, dando cuenta de que García y Bulacio ingresaron libremente al baño, planteo que es a las claras inverso al que dio la denunciante y resulta ser un descargo conveniente para el imputado, pero lejos de ser cristalino.
Además, Bandín remarca que hay contradicciones y omisiones en el relato de la denunciante, apoya su teoría en un análisis parcial de los testimonios que dieron en la causa penal los concurrentes a la fiesta: Nazareno Colombo, Lucas Rodríguez, Darío Sarmiento, Luciano Squadrone, Ángel González (todos estos jugadores de fútbol) y el DJ Sergio Damián Leguizamón. Con esos elementos buscó sostener que, después del hecho denunciado, Bulacio estaba alcoholizada y bailando alrededor de la pileta intentando así demostrar que no se trató de un suceso traumático.
Las valoraciones del abogado defensor no tuvieron el aval de ninguno de los jueces que le dieron vista al expediente.
Los Magistrados de la SALA III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata, Alejandro Villordo y Juan Benavides, manifestaron que la hipótesis planteada por la defensa no tiene la contundencia necesaria para arribar a una certeza negativa y acreditar que el abuso sexual con acceso carnal no existió. Para defender esta postura, los jueces se apoyaron en el relato de la víctima y de los testigos presentados por la acusación.
Lo que obra en la causa
El expediente cuenta con declaraciones testimoniales de quienes asistieron a la fiesta, se detalla que la quinta en donde se desarrolló el evento fue alquilada por el exjugador de Estudiantes Enzo Kalinski –hoy en Central Córdoba de Santiago del Estero–, la fiscalía logró reconstruir cómo se inició el suceso y puso la situación en contexto.
También se sumaron fotografías del lugar del hecho, y los chats posteriores al abuso entre la víctima y su entorno (amigas y familiares). En tanto la causa cuenta además con las imágenes del rostro de Clara Bulacio, quien luego del ataque presentaba un hematoma y sus ojos llorosos producto de la angustia posterior al ataque. Existen además audios de WhatsApp y conversaciones con capturas de imagen de interacciones en redes sociales (Instagram), por último se sumaron los videos ya mencionados en este artículo. Las pericias y los informes elaborados por peritos también conforman la extensa causa penal, y todo esto será debatido ante la moderación de los jueces del Tribunal Oral y Criminal Nº 5 de La Plata, hasta ahora no hay fecha para el juicio que será en La Plata.
La palabra de la víctima
Si bien Clara Bulacio eligió no dar su testimonio ante la consulta de ANDigital, la joven de había manifestado por redes sociales el año pasado. Fue en su cuenta de Instagram al cumplirse un año del hecho.
Bulacio dijo sentirse defraudada con el club en el que se formó, ya que allí practicó hockey durante años, y en ese marco dijo que Estudiantes de La Plata pregona valores que con ella incumplió.
“Estoy cansada de que se diga cualquier cosa, que se crea cualquier cosa. Me tocó que mi situación sea pública y no me voy a quedar callada, no van a tener la comodidad de mi silencio. Yo todavía estoy asumiendo el hecho de todo esto”, sostuvo.
En cuanto a Diego García, el imputado nunca hizo declaraciones públicas sobre el caso y los clubes en los que estuvo jugando tuvieron una actitud pasiva, fría y desapegada con la víctima. Tales fueron los casos de Estudiantes, Talleres de Córdoba, Patronato de Paraná y, ahora, Emelec.