

En Argentina, cada año se detectan unos 36 mil nuevos casos. Se estima que en el país el costo directo total de la enfermedad ascendió a 2.150 millones de dólares en 2022.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) La enfermedad renal crónica (ERC) es una patología silenciosa: por lo general no presenta ningún síntoma hasta que se encuentra en fase avanzada y ya es irreversible.
Al ser asintomática durante un largo período de tiempo, el diagnóstico suele llegar tarde, y comienza a tratarse cuando ya no es posible detener su avance y sólo es un tratamiento para paliar los síntomas.
Su elevada incidencia, prevalencia y morbimortalidad la han establecido como un grave problema de salud pública a nivel mundial.
La ERC se clasifica en cinco estadios según el volumen de filtrado glomerular (VFG) y la presencia de albuminuria en orina. El estadio 5, falla renal, representa un punto de inflexión: a partir de allí los pacientes requieren algún tipo de terapia sustitutiva, como la diálisis o el trasplante para seguir viviendo. Es de destacar, que el paciente que recibe diálisis sufre un gran impacto sobre su calidad de vida, tal es así que el 39,3 % de ellos padece depresión (versus 2-10 % de la población general) .
Dimensión y costos para el sistema de salud en Argentina y el mundo
Las enfermedades renales representan la octava causa de mortalidad en América. Según datos del Global Burden of Disease (GBD) de 2019, afecta a más de 720 millones de personas en el mundo y produce 1,48 millones de muertes anuales.
En Argentina se detectan más de 36 mil nuevos casos de ERC por año. Asimismo, según los datos provenientes de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud se estima una tasa de prevalencia del 12,7 % en la población mayor de 18 años, lo que representa más de 4 millones de personas.
“En el estudio, y a partir de entrevistas en profundidad que realizamos con especialistas referentes en el tema, detectamos que en la Argentina existen deficiencias en cuanto al abordaje de la ERC”, señaló la economista en salud Natalia Jorgensen, autora principal del estudio “La ERC en Argentina. Situación actual y estimación de costos”, realizado por Soul Consulting.
Y afirmó que “el punto de inflexión es el momento de detección de la enfermedad. Cuando la detección es tardía, los pacientes tienen mayor probabilidad de un mal pronóstico y los costos de atención se incrementan”.
En ese relevamiento se estima que el costo directo total de la ERC en Argentina ascendió a 2.150 millones de dólares en 2022. La carga por tratar a un paciente que requiere diálisis (estadio 5) es 20 veces más alta que si se interviniera en las etapas previas.
A su turno, el nefrólogo Carlos Castellaro destacó que “la mayor prevalencia (de ERC) se presenta en el estadio G3a (ERC leve a moderada), etapa en la que los riñones tienen daños leves o moderados y donde las estrategias de intervención correctas pueden ralentizar el proceso y retrasar el inicio de la terapia sustitutiva renal o diálisis”.
En ese sentido, mencionó que las “estrategias de salud deberían apuntar a la prevención y al diagnóstico temprano, lo cual puede realizarse mediante un simple análisis de sangre y orina, de muy bajo costo pero que no siempre se incluyen en los chequeos (creatinina y albuminuria)”.
La estrecha relación entre la Diabetes Tipo II, el riñón y el corazón
Entre las causas frecuentes de la ERC se encuentran la diabetes tipo 1, diabetes tipo II, la hipertensión arterial y la nefritis glomerular, según los datos disponibles del GBD.
Es de destacar la importancia de la Diabetes como principal causa de la ERC, ya que la Diabetes Tipo II produce más del 50 % de los casos incidentes de enfermedad renal crónica (Estudio Consultora Soul Consulting).
También es importante recalcar la estrecha relación entre la enfermedad renal crónica (ERC) y las enfermedades cardiovasculares (CV). La enfermedad CV es la primera causa de muerte en pacientes con ERC, pero también la ERC aumenta el riesgo de muerte en la enfermedad CV, independientemente de la existencia de otros factores de riesgo.
La doctora Silvia Lapertosa, expresidenta de la SAD (Sociedad Argentina de Diabetes), ponderó la importancia en esta “interconexión entre las condiciones Diabetes Tipo II, Enfermedad Renal Crónica y Enfermedad Cardiovascular, la misma fue tomada en consideración por el Ministerio de Salud de la Nación para la actualización de la “Ley de Diabetes” que realizó en noviembre mediante la resolución 2820/2022”.
Dicha normativa incorporó al Programa Médico Obligatorio (con cobertura del 100 %) los medicamentos de la categoría ISGLT2 (Empagliflozina, Dapaglifozina, Canagliflozina) para aquellos pacientes con Diabetes Tipo II que cumplan con determinados criterios, entre ellos, que presenten enfermedad cardiovascular y/o nefropatía diabética .
Algunas recomendaciones brindadas por los especialistas para el cuidado en esta patología tienen que ver con hábitos diarios; comer sano, dormir bien, realizar actividad física, no fumar, mantener el peso adecuado y una buena hidratación.
También con cuidados de salud a tener en cuenta junto con el médico tratante sobre los factores de riesgo de progresión, como el control adecuado de diabetes, la presión arterial, Lípidos elevados en sangre, obesidad y evitar medicamentos que pueden ser tóxicos para el riñón si no son indicados por un médico.
“La dimensión del problema debiera dar paso a una discusión necesaria en Argentina respecto al abordaje integral de esta enfermedad crónica. Se puede lograr con un involucramiento proactivo de diversos actores del sistema de salud, ya que si no se hace, la enfermedad seguirá avanzando de forma silenciosa para el paciente y los costos para el sistema de salud continuarán incrementándose”, concluyó Jorgensen. (ANDigital)