

El hecho ocurrió el último lunes antes de cruzar la frontera en Foz de Iguazú. Los viajantes, en su mayoría hinchas de Boca que se trasladaron a Río de Janeiro, vivieron una verdadera odisea en la que debieron juntar dinero para el combustible. Por si fuera poco, en Posadas rompieron un neumático y la unidad no tenía auxilio. Severas irregularidades y bronca por la especulación con el precio de los pasajes.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (ANDigital) Una verdadera odisea atravesó en las últimas horas un grupo de pasajeros argentinos que abordó un micro de la empresa Crucero del Norte el pasado domingo desde Río de Janeiro, Brasil, con destino final a la terminal de ómnibus de Retiro.
En su mayoría simpatizantes de Boca que asistieron a la final de la Copa Libertadores en el Maracaná, fueron rehenes de un deplorable servicio de transporte y se vieron obligados a tener que afrontar escollos inauditos.
Según relató uno de los pasajeros a ANDigital, el primer percance se registró a unos cien kilómetros antes de llegar a la ciudad de Foz de Iguazú, próxima a la frontera con Puerto Iguazú, Misiones, cuando notaron que el transporte aminoró su marcha y estacionó en la banquina. Anteriormente, habían detectado problemas en la caja de cambio. A eso se sumó que desde la empresa les dijeron que el tanque de combustible no estaba lleno y que además no disponían de presupuesto suficiente, por lo que debieron 'hacer una vaquita' y juntar plata para cargar gasoil.
Sin información oficial alguna, los pasajeros descendieron para tomar nota de lo que acontecía y, cuando la mayoría avizoraba un problema técnico, se enteraron de la verdadera causa del incidente: el micro se había quedado sin combustible.
La bronca e indignación de los presentes fue indisimulable. Es que a raíz de la final de la Copa Libertadores y la creciente demanda, la compañía aumentó los pasajes en promedio un 65 %, con boletos que llegaron a costar hasta $ 165 mil cuando habitualmente rondan los $ 100 mil.
“Estuvimos cinco horas tirados en la ruta”, narró uno de los presentes. Pero la pesadilla no terminó allí. Ante la falta de reacción de la compañía de transporte, los propios pasajeros se dispusieron a juntar plata para comprar combustible hasta que llegó una nueva unidad de Crucero del Norte.
A todo esto, el micro del incidente viajaba sin balizas y los propios choferes debieron señalizar la ruta con ramas y hojas de los árboles.
El viaje continuó pero, por si fuera poco, pasada la medianoche del lunes el nuevo micro rompió un neumático a la altura de Posadas. Cuando los choferes fueron a cambiar la cubierta, se dieron cuenta que la unidad viajaba sin auxilio.
Finalmente y gracias a la ayuda de un camionero -tal como detallaron los viajantes- el micro retomó su marcha y llegó a la terminal de retiro con una demora de casi 12 horas. (ANDigital)