

En una impecable maniobra de marketing, el propietario de una carnicería en Mercedes logró ser viral a partir de haber puesto en su puerta dos pizarras con los diferentes cortes de carne que ofrece: una con precios para ‘libertarios’ y otra para ‘peronistas’.
Entre los valores “diferenciados”, se encuentra que el kilo de asado para libertarios está a $ 7.200, mientras que el mismo peso del mismo corte, pero para peronistas, lo comercializa a $ 5.500.
Sin embargo, el lomo para los pimeros se vende a $ 8.900, y el chori peronista, a $ 4.500.
En un contexto de baja semanal de los precios de la carne en el mostrador, luego del descenso del kilo en pie en Cañuelas, la compra de este producto de primera necesidad para la mesa de los argentinos volvió a repuntar, máxime si se tiene en cuenta la cercanía del Fin de Año y los asados que en tal sentido se celebran.
Ahora bien, la pregunta es hasta cuándo será así, si esta medida –que incluye un poco publicitado acuerdo de precios con frigoríficos por cortes populares al menos hasta pasar las fiestas– se mantiene en el tiempo o si se cortará abruptamente con la llegada del 2024.