Después del ensayo, del autor y director sueco Ingmar Bergman, subirá al escenario del Teatro Picadero en su segunda temporada, el 15 de enero 2024 con funciones los días lunes a las 20 horas.
El elenco está integrado por Osmar Núñez, Vanesa González y Silvina Sabater, con la dirección de Daniel Fanego.
Es el mejor homenaje a los actores y directores de teatro, en este caso, tal como le sucediera al propio Bergman, a las actrices: su musa durante años y su hija.
El paso inexorable del tiempo, la decadencia del cuerpo enfrentada a la pulsión de los deseos, la necesidad de actuar por encima de todo y en todos los ámbitos de la vida, los fantasmas de personas y personajes que albergan las paredes del teatro, las relaciones íntimas (incluso familiares) que acaban invadiendo a esos seres que se atreven a representar las emociones y los dilemas humanos frente a otros seres que los observan, empatizan o juzgan.
Con esta obra, el propio Bergman intentaba redimirse, justificarse, explicarse. Toda una vida de éxitos y fracasos, condensada en el momento presente, con sus fantasmas y sus personas de carne y hueso, representadas por la madre y la hija, por los objetos que recuerdan todas sus obras, todas las vidas, y la nueva obra que se vuelve a acometer, esta vez con una joven. Y todo vuelve a empezar...
Después del ensayo recorre la delgada línea entre la imaginación y la realidad, la obsesión y la normalidad, explora el significado del arte en nuestras vidas y en la sociedad. Como siempre, Ingmar Bergman lo hace con gran intensidad personal y humanidad.
“La prueba, el error, la curiosidad, la frecuentación y la convivencia. La intimidad y la confusión. Todo se juega en el tiempo y la geografía del ensayo”, introduce Fanego e inquiere: “¿Hasta dónde llegan los vínculos? ¿Van más allá de la experiencia de la actuación? ¿El sueño y la realidad, son una?”
“Todo puede acontecer. Todo es sueño y verdad. El tiempo y el espacio su mezclan. Sobre la frágil base de la realidad, la imaginación teje su tela. Nuevas formas. Sentidos. Destinos impredecibles. El ensayo es el terreno donde se produce esta alquimia”, enumera el director.
Y sentencia: “Todo esto y más, se manifiesta en el texto de Bergman, lo no dicho, situaciones al borde de lo inaceptable, de lo cuestionable éticamente, si hubiera una ética de la experiencia del trabajo y seguramente la hay y no es la misma siempre. Lo que ocurra en los ensayos seguirá siendo un secreto. El resultado, por darle un nombre, debiera resonar en el espectador como una pregunta”.