

Clara se pierde en el bosque estrena en cines comerciales el jueves 4 de abril luego de un gran paso por los festivales internacionales de San Sebastián, La Habana y Mar del Plata (entre otros), con muy buenas repercusiones y críticas.
Esta ópera prima de la premiada escritora, dramaturga y actriz Camila Fabbri habla de la amistad y los dilemas e interrogantes de la vida adulta marcada por los recuerdos de una adolescencia que vivió la mayor tragedia del rock nacional (República de Crómañón), la cual marcó a toda una generación de jóvenes que seguían a sus bandas favoritas y disfrutaban de su música.
Camila Fabbri trabajó sobre el guión de esta película partiendo de la idea de su libro El día que apagaron la luz, declarado de Interés para la Comunicación Social y la Cultura por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
Clara se aleja de la ciudad en un viaje familiar hacia las afueras. Recibe un mensaje de Martina, su amiga de la infancia con quien estuvo en República Cromañón la noche de la tragedia, que pone en primer plano la idea de la maternidad.
A partir de este disparo de presente y realidad, mediante audios de WhatsApp, videos caseros y almuerzos familiares, se desata una revisión exhaustiva sobre su propia adolescencia y la de sus amigos en una ciudad devastada por la crisis y por una tragedia que dejó como enseñanza que, oír música en vivo y ser muy jóvenes, tampoco los haría inmortales.
La película cuenta con las actuaciones de Camila Peralta, Agustín Gagliardi, Julián Larquier Tellarini, Florencia Gómez García, Maitina de Marco, Martina Chamorro y Pedro García Narbaitz.
“Cuando tenía quince años estuve en República Cromañón viendo a Callejeros. Como la banda hizo tres recitales yo estuve la noche anterior a la tragedia del jueves 30 de diciembre. Mi relación con la masacre de Cromañón puede entenderse como una ligación a medias, o no”, dice Camila.
Y recalca: “A esa edad ya había empezado a ir a recitales de rock. Algunos eran conciertos al aire libre, otros se parecían mucho a cajas de cemento sellado sin circulación de aire. Según Martina, mi amiga de la infancia Callejeros en Cromañón del 29 de diciembre del 2004 fue una de las noches más lindas de su vida”.
“A los quince años aprendimos que encerrarnos en un lugar inmenso a escuchar música en vivo, a la luz del fuego artificial, era una forma de final. Un corte. Una interrupción. La tragedia de Cromañón fue la canción que se llevó algo nuestro cuando terminó, esa canción que siguió en repeat durante años, y años, y años”, completa.
“Rebeca Solnit, en su libro Una guía sobre el arte de perderse escribe: ‘Los lugares que tenemos dentro importan tanto como los de afuera. Es como si, al formar parte de nosotros y despertar nuestro anhelo, los lugares se convirtieran en deidades’”. Nuestra adolescencia, entonces, es esa deidad que quiero contar”, prosigue.
Finalmente, resalta que “el armado de esta película propone una conversación entre dos amigas que vivieron en peligro, audios de amigos que revisitan sus adolescencias y la televisión: nuestro refugio sagrado de los 2 mil en la Argentina. Busco que esos años vengan a primer plano para restablecer algo de nuestro presente”.