jueves 15 de mayo de 2025 - Edición Nº4072

Espectáculos | 28 feb 2024

Agenda

Un “Quieto” que antecede al huracán: reencuentro con el teatro desde las vísceras

“Logramos casi un hecho físico, todo tan cerca... una acción en comunidad entre actores y público”, puntualiza ante ANDigital la protagonista y dramaturga Florencia Naftulewicz. Es acompañada en escena por un sorprendente Miguel Ángel Rodríguez en rol dramático.


Con un boca en boca que corre como reguero de pólvora desde Villa Crespo, Quieto se consolida como una de las grandes apariciones de la cartelera teatral independiente del verano porteño.
 
Ropa de una mujer fallecida, todavía en el placard; un dilatado duelo; persianas cerradas y pijama como uniforme. En esa “covacha” irrumpe una hija que vuelve a rescatar a su padre de los recuerdos.

Renzo quedó viudo y se encerró en su casa sin querer ver a nadie. Julieta decide instalarse un fin de semana allí. Quieto, es la historia de un padre y una hija que en su reencuentro descubrirán cuánto están dispuestos a hacer por el otro.

“Estamos muy felices en todo el equipo por la devolución, por como el público acompaña cada función, el teatro off mantiene esto de la recomendación y además por las hermosas críticas y mensajes del público que vamos recibiendo”, dice Florencia Naftulewicz, autora y también protagonista de la obra que se presenta en Nün Teatro con dirección de Francisco Lumerman.

En el papel de su padre: Miguel Ángel Rodríguez, un consagrado que aceptó el desafío de tocar por primera vez la escena alternativa. Y lo hace con solvencia, arriesgando con un registro contrapuesto al del versátil comediante que fue suceso en el prime time de las tiras costumbristas, las imitaciones y la maquinaria tinelliana.

Al respecto, la dramaturga pondera ese corrimiento de la zona de confort de su compañero de escena: “Ni que hablar de lo que es su carrera y éxitos. En los últimos años empezó a mostrar otra faceta como actor. A mí particularmente me impactó en Barrabrava (en el rol del Oveja); se la está jugando mucho, en lugar de quedarse donde siempre funcionó y le va muy bien”. 

“Como actor sigue buscando nuevos desafíos y la idea de convocarlo fue en conjunto con Karina Hernández, una de las referentes de Nün. Surgió su nombre y ella, que es una topadora, lo contactó, le pasó el texto y sucedió que quiso hacerlo porque le gustó mucho el material. Él nunca había hecho teatro independiente, es un actor que todo el tiempo está buscando cosas nuevas, lo tomó como un desafío”, destaca en diálogo con ANDigital.

“El texto lo escribí hace dos años, lo dejé reposar y volví luego de unos meses y ese tiempo que a veces pensamos que es tiempo muerto, es todo lo contrario. En este caso me sirvió para, ya reencontrada con el material, darle matices, profundidad, ponerle cuotas de sarcasmo”, acota sobre -justamente- uno de los puntales de la puesta: el corrosivo humor.

En el contexto de la obra, se condensa en el aire lo no dicho, lo espinoso… la chispa que puede hacer volar todo por los aires. En ese sentido, la dramaturga señala el valor agregado de la “intimidad” que genera la estructura de la sala.

Se trata un teatro el que Florencia se mueve ya no como el patio de su casa, si no como su casa misma. “Estoy muy agradecida a toda la gente de la sala. Nos conocemos desde los comienzos, hace diez años”, puntualiza quien allí ya presentó Teresa está liebre y Las cuñadas (obra con la que llegó a calle Corrientes) y ahora Quieto, con producción integral de Nün y su “equipo artístico impresionante” armado ad hoc.

“Se logra un nivel de intimidad único. Nos permite jugar un montón y generar niveles de tensión muy grandes. El público también logra recibirlo, desde lo que están observando; es casi un hecho físico, todo tan cerca... una acción en comunidad entre actores y público”, grafica Naftulewicz.

En torno a la inexorable interpelación que genera Quieto en el espectador, la actriz y realizadora asevera que “si el teatro genera cierto espejo en el espectador, una como artista o desde la producción, tenemos que estar sumamente agradecidos; decir que ya valió la pena el esfuerzo”. 

“Está pasando que la gente se siente identificada, no hay edad porque se ve desde la óptica del padre o desde la hija. Intentar hablar, mediar, pero colisionar. No hay buenos ni malos, sólo dos personas intentando vincularse y eso no lo podemos juzgar”, refuerza Florencia.

Al aludir al largo y “desgarrador” aplauso final, sentencia: “Es de una fuerza increíble, una emoción inmensa, algo que nunca experimenté; más allá del laburo impresionante de Miguel. La obra atraviesa y llega porque es contar un vínculo de manera sincera”.

El equipo artístico se completa con Rodrigo González Garillo (escenografía); Matías Sendón (iluminación); Paola Delgado (vestuario); Hernán Mazzaro-Leandro Aguirre (realización escenográfica); Karina Hernández (diseño gráfico); Irish Suárez (fotos); Adam Efron (maquillaje); Fabiana Ferrada (asistencia de dirección); Lola López Menalled (asistencia de producción) y Alejandra Menalled (producción ejecutiva).

El viernes por la noche, a las 21 y el sábado en el loable horario vermutero de las 18, Quieto sigue con sus presentaciones en el tablado de Juan Ramírez de Velasco 419 con entradas vía Alternativa Teatral y por boletería de la sala.
 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias