

En la actualidad, el diseño de locales comerciales cobró un rol esencial en la experiencia del consumidor. La competencia en el mercado exige que los espacios no solo sean funcionales, sino también capaces de crear entornos que atraigan a los clientes. Los consumidores buscan algo más que un lugar para comprar: quieren experiencias que los conecten emocionalmente con las marcas.
El diseño de un espacio comercial exitoso no se limita a la estética. Cada elemento debe ser pensado estratégicamente para despertar interés y curiosidad en quienes pasan por delante. Desde la fachada hasta el interior, todos los componentes juegan un papel crucial en la forma en que el cliente percibe el espacio.
“Lo más importante es que el diseño marque la diferencia y capte la atención de los clientes. Es clave buscar que los espacios despierten emociones, generen interés y curiosidad, invitando a las personas a entrar”, explica la arquitecta, Mónica Borrachetti.
“Una fachada llamativa, un interior atractivo y la incorporación de tecnología son elementos que hacen que un local se destaque y se convierta en una experiencia memorable”, añade.
Fachadas que invitan a entrar
El frente de un local comercial es el primer punto de contacto con el cliente, y su impacto va más allá de lo estético. “Una fachada debe ser estratégica, presentando la marca de una manera que despierte interés. Integrar superficies vidriadas y elementos visuales impactantes para conectar el interior del local con el exterior genera una sensación de transparencia y modernidad”.
Además, Borrachetti señala la importancia de los primeros metros del local: “Colocamos elementos que despierten curiosidad, como exhibidores diseñados para productos destacados y gráficas iluminadas, creando una atmósfera única que atrapa al cliente desde el primer momento”.
Interiores que cuentan una historia
El recorrido por un local comercial debe ser una experiencia fluida y envolvente. “Recomiendo enfocarse en crear ambientes cómodos con circulaciones dinámicas que guíen al cliente en su recorrido, permitiéndole descubrir y probar productos”, explica Borrachetti.
“Diseñar muebles e iluminación que destaquen la marca y sus productos, y utilizar luces, colores y aromas característicos que dejen una huella en la memoria del cliente”, recomienda. Además, la arquitecta sostiene que lo importante es diseñar con flexibilidad en mente: “El mobiliario modular y adaptable permite a los locales cambiar según las necesidades del negocio, ya sea por la introducción de nuevos productos o por demandas estacionales”, agrega.
Tecnología y sostenibilidad como pilares
El avance de la tecnología también transformó la arquitectura comercial. “La incorporación de pantallas interactivas, sistemas de pago sin contacto y señalización digital no sólo mejora la experiencia del cliente, sino que lo invita a explorar nuevas sensaciones”, sostiene la experta. “Hoy en día, los espacios comerciales deben ofrecer algo que el cliente no pueda obtener en línea”.
Por otro lado, el compromiso con el medioambiente es un factor cada vez más valorado por los consumidores. “Es vital comprometerse con la sostenibilidad. Utilizar materiales reciclados y ecológicos, y diseñar locales que optimicen el uso de energía”, comenta Borrachetti.
“Los consumidores valoran cada vez más estas prácticas, y los locales comerciales no sólo agregan un valor medioambiental, sino que también generan un sentido de pertenencia y bienestar en el usuario”.
La demanda del consumidor en la era digital
Los hábitos de consumo cambiaron y la arquitectura debe responder a esta evolución. “Hoy en día, las personas buscan experiencias únicas e inmersivas que no puedan replicarse en el mundo digital. Como arquitectos, debemos diseñar espacios que ofrezcan esa interacción sensorial, que inviten a permanecer en el local, a disfrutar y, sobre todo, a volver”.