jueves 05 de diciembre de 2024 - Edición Nº3911

Espectáculos | 18 nov 2024

Gastronomía

En la Esquina del Sol, la cantina que fusiona tradición italiana y sello porteño

“Orno” se consolida en Palermo como una excelente opción por su cocina, con sabores genuinos y en porciones abundantes. La preparación de la pizza es el espectáculo principal.


Con el espíritu innovador que lo distingue, Orno se reinventa como una cantina contemporánea. Su menú, que incluye deliciosas versiones de pizza napolitana y de Detroit, se enriquece con opciones de pastas, milanesas, quesos y charcutería, ofreciendo a los comensales una auténtica experiencia gastronómica ítalo-porteña. 

Ubicada en la emblemática esquina de Guatemala y Gurruchaga, donde antes se encontraba La Esquina del Sol, el legendario pub de rock nacional de los 80, Orno se presenta como el lugar perfecto para pasar momentos inolvidables entre amigos. Además, los comensales también pueden deleitarse con sus comidas y tragos en la vereda, al aire libre, durante las cálidas tardes de primavera y verano.

Como el fin de año se va acercando y las temperaturas cálidas se imponen día a día, el local acompaña ese cambio de clima -mental y meteorológico- con un menú renovado. 

Para los días de calor, nada mejor que la ensalada César, que en esta esquina suma un upgrade en sabores, ya que la preparan con pollo ahumado. Otro plato que es un must cuando la temperatura trepa es la burrata, sale con jamón crudo, pesto de tomates secos y pan a la leña. Y, por supuesto, el hit de la temporada: el vitelo tonnato, un clásico del Piamonte que conquistó las mesas navideñas en Argentina. 

El cambio de temporada también impone cambios en algunos platos, para hacerlos más livianos. Por ejemplo, la lasaña, con relleno de espinaca, ricota, fior di latte y avellanas. La milanesa también se renueva, ahora viene con dos posibilidades de guarnición: los ya clásicos spaghetti alla chitarra o las aclamadas papas fritas.

Perteneciente al grupo gastronómico Mezcla, esta cantina -que cuenta también con una sucursal en Olivos- se distingue por reunir equipos de personas de diversos campos para desarrollar proyectos culinarios innovadores. Sus diferencias enriquecen cada idea, por lo que cultivan un ecosistema creativo que incluye cocineros, diseñadores, empresarios, paisajistas, arquitectos y artesanos, entre otros. Cada pieza es única e igual de importante en su rompecabezas.

En la sucursal de Palermo, la arquitectura y el interiorismo fueron diseñados por el estudio Adamo Faiden en colaboración con Chamber Projects. Con una estética atrevida y contemporánea, Juan García Mosqueda buscó reinterpretar los materiales y experimentar con lo cotidiano. El diseño del espacio se centra en el horno, la vedette del local, desdibujando los límites entre la cocina y el salón. Se trata de una cocina abierta, donde los clientes se convierten en espectadores de la acción. 

La preparación de la pizza es el espectáculo principal, que permite observar el mundo del maestro pizzero: sus materias primas, los utensilios de trabajo y las leñas. Los muebles, diseñados por el estudio RIES, están elaborados en madera maciza, lo que le aporta calidez y autenticidad al entorno. 

Para la cantina eligieron el color rojo como institucional y para Cima, su imponente rooftop, contaron con la colaboración de Francisca Oyhanarte, ilustradora que le dio vida al naming y al sistema gráfico de la marca. En la terraza se apostó a un entorno contemporáneo, misterioso y acogedor, ideal para disfrutar de las noches de la ciudad, que invita a compartir momentos agradables con amigos, junto a los exquisitos cócteles de autor creados por la reconocida bartender Flavia Arroyo, mientras un DJ anima la noche desde un lugar privilegiado sobre la barra. En cuanto a la música, decidieron infundir a esta sede palermitana una impronta italo-porteña con perspectiva moderna.

Respecto al horno de barro a 400°, con la cocina abierta, los comensales pueden observar cómo el maestro pizzero despliega su magia utilizando ingredientes de primera calidad y recetas originales. Entre las napolitanas, la clásica Margarita (salsa de tomate, albahaca fresca, fior di latte y mozzarella filante) es una elección recomendada, mientras que para los más aventureros la Pumpkin (crema de ajo asado, calabaza ahumada, ricota, hinojo, mozzarella ahumada, ciboulette y eneldo) es una opción excelente. Las pizzas de estilo Detroit, conocidas por su masa media crocante, abundante queso y bordes gratinados, incluyen la Stracciatella (mozzarella filante, stracciatella, marinara, pangrattato, ají molido, Sbrinz y miel) y la de peras (mozzarella filante, queso azul, salvia, amaretti y peras asadas).

Guadalupe García, directora creativa al frente del restaurante , formó el equipo multidisciplinario de Orno, que es sinónimo de excelencia, experiencia y dedicación. Juan Orsini, su chef, se especializa en descubrir técnicas que aplica a productos sencillos (sólo utilizan materia prima de productores locales que cuidan el medioambiente, con una agricultura variada y sostenible). Renato Peralta, reconocido panadero de Perú con más de 20 años en el rubro gastronómico, junto a Rodrigo Villanueva crearon una masa especial: bollos que fermentan durante 72 horas para lograr una pizza con más alvéolos, más digerible, más crocante por fuera y más suave por dentro.

Esta cantina también ofrece una selección de tentadores platitos, perfectos para compartir como tapeo. Entre otros, destacan: pan a la leña con manteca salada; papas fritas, parmesano y salsa verde; burrata con jamón crudo, pesto de tomates secos y pan a la leña; carpaccio de lomo, rúcula, alcaparras fritas y lajas de queso; arancini de hongos, arancini con osobuco, suplí romano, buñuelos del día con sus salsas; frittata de temporada, vitello tonatto, pan de ajo con su propia salsa de tomates mendocinos, faina sticks al peperoncino con dip de pesto. 

Las empanadas fritas, otras de las exquisiteces de la cantina, se presentan en una gran variedad de gustos, como carne cortada a cuchillo, bondiola braseada, jamón y queso, cebolla y queso y de mozzarella, berenjena y salsa de tomates mendocinos.

Para un final dulce, los postres siguen auténticas recetas mediterráneas. Entre ellos sobresale el affogato, una bocha de helado con un shot caliente de café espresso que se sirve en la mesa. También es imperdible el zabaglione, el tradicional postre a base de vino, coronado con nueces garrapiñadas, el infaltable tiramisú y las frutillas con crema diplomata. 

Por su parte, la carta exhibe cócteles con originales versiones de autor, diseñados por Flavia Arroyo, quien posee una intuición especial para su creación: fusiona gastronomía y coctelería, vinculando los deseos de los asistentes con el concepto del local a través de tragos clásicos y modernos con toques trash.

El foco de Orno está puesto en ser un espacio en el que la gente no sólo pueda pedir platos de primera calidad, siempre con la premisa del respeto por cada ingrediente que utilizan, sino que también sea un ámbito para sentirse libre, divertirse y descomprimir de la rutina: el juego, la libertad y felicidad son algunas de las características que lo definen.
 

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