jueves 03 de julio de 2025 - Edición Nº4121

Interés general | 5 dic 2024

Prevención

Cáncer de próstata, testículo y pene: todas las respuestas

Finalizado el “Noviembre Azul”, un mes para concientizar sobre la salud masculina, los profesionales del área ponen el foco en la importancia de consultar a tiempo y las probabilidades de remisión.


Como cada año, noviembre se tiñió de azul para concientizar sobre las enfermedades masculinas. Es que un simple control puede marcar la diferencia al permitir diagnosticar a tiempo el cáncer de próstata, el cáncer de testículo y el cáncer de pene. 

“Dedicar un mes a la concientización ayudó a que más personas hablen sobre estas enfermedades, conozcan los factores de riesgo y la importancia de la detección temprana, además de romper tabúes y fomentar el cuidado de la salud masculina”, puntualizó el doctor Juan Pablo Sade, líder de la Unidad de Tumores Genito-urinarios del Hospital Universitario Austral. 

Cáncer de próstata, el más frecuente en varones

Cada año, más de 11 mil varones son diagnosticados en Argentina con cáncer de próstata, el más frecuente en varones. Según estadísticas de la American Cancer Society, uno de cada ocho hombres será diagnosticado con este tipo de cáncer en el transcurso de su vida, pero solo 1 de cada 43 morirá a causa de ello.

Sobre esta enfermedad –que es la tercera causa de muerte por cáncer en Argentina–, brinda precisiones la doctora Carolina Passarella, experta, del staff de la Clínica de Tumores Genito-urinarios del Hospital Universitario Austral.  

“La principal función de la próstata es producir un fluido que forma parte del semen, el cual ayuda a transportar y nutrir los espermatozoides durante la eyaculación. Este líquido prostático es esencial para la fertilidad masculina, ya que facilita la movilidad y viabilidad de los espermatozoides”, contextualiza.

En cuanto a los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de próstata, da cuenta que “a mayor edad, mayor riesgo. Asimismo, los antecedentes familiares influyen: tener un padre o hermano con cáncer de próstata eleva las chances de desarrollarlo. Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 también incrementan significativamente el riesgo, especialmente en hombres de ascendencia judía asquenazí, sueca e islandesa. La etnia es relevante: los hombres de etnia negra presentan una mayor incidencia”.

“Por lo general, el cáncer de próstata no presenta síntomas en sus etapas iniciales. Esto hace que muchas veces se detecte en exámenes de rutina. Sin embargo, cuando el cáncer de próstata está más avanzado, puede provocar síntomas como dificultad para orinar, necesidad de hacerlo con más frecuencia, dolor óseo, fatiga o pérdida de peso injustificada”, acota

Acto seguido, menciona que “habitualmente se recomienda que los hombres sin factores de riesgo comiencen a realizarse el PSA de rutina a los 50 años. Sin embargo, para quienes tienen antecedentes familiares de cáncer de próstata o factores de riesgo es aconsejable iniciar los controles a los 45 años”.

En torno a cierta reticencia a controlarse por prejuicio a chequeos como el tacto anal, la médica advierte que “algunos hombres piensan que es el único método y lo asocian con incomodidad y dolor. Sin embargo, el chequeo de próstata también incluye el análisis de PSA, que es un simple análisis de sangre”. 

“En la mayoría de los casos, estas pruebas en conjunto permiten detectar la enfermedad en forma más temprana. Vale aclarar que el tacto rectal es una técnica muy simple que solo toma unos segundos y que se realiza en un ambiente privado”, asevera. 

Por otra parte, pondera que “cuando el cáncer de próstata se detecta en etapas tempranas, la tasa de curación es muy alta, superior al 90 %. Esto se debe a que, en estos estadios, el cáncer está localizado y es más fácil de tratar eficazmente, ya sea con cirugía, radioterapia u otras opciones”.

“Las opciones de tratamiento para el cáncer de próstata incluyen cirugía, radioterapia, terapia hormonal y, en casos avanzados, también quimioterapia o tratamientos dirigidos. La elección depende del estadio inicial, la salud del paciente y sus preferencias personales. Cada opción tiene sus ventajas y posibles efectos secundarios, y los avances han permitido tratamientos más personalizados y menos invasivos”, suma.

“En los últimos años, el tratamiento del cáncer de próstata localizado ha mejorado notablemente. Las técnicas quirúrgicas y de radioterapia son ahora más precisas y menos invasivas; también mejoraron los métodos de diagnóstico. El PET-PSMA ha optimizado estadificar mejor a los pacientes y ha ayudado a la detección de recaídas. Además, en estadios avanzados se han incorporado opciones innovadoras como el uso de radiofármacos”, completa.

Cáncer de testículo, el más común en hombres jóvenes

El cáncer testicular mayormente afecta a jóvenes de entre 15 y 35 años. Con un diagnóstico precoz, las probabilidades de curación son cercanas al 100 %. Palparse es importantísimo: detectar un bulto a tiempo efectivamente salva vidas. 

“El cáncer de testículo es poco frecuente en comparación a otros tipos de cáncer, pero es el tumor maligno más común en hombres jóvenes de entre 15 y 35 años. Representa aproximadamente el 1 % de los cánceres en hombres. Aunque su incidencia es baja, su detección temprana es clave por sus altas tasas de curación”, puntualiza Juan Pablo Sade, líder de la Unidad de Tumores Genito-urinarios del Hospital Universitario Austral.

Asimismo, menciona que “hoy en día, el conocimiento médico sugiere que la mayoría de los tumores testiculares se desarrollan en hombres jóvenes debido a mutaciones tempranas durante el desarrollo testicular, las cuales se potencian a lo largo de la vida y aumentan el riesgo de cáncer en etapas tempranas. Incluso hasta en un 5 % de los casos, estos tumores pueden ser bilaterales. Sin embargo, el cáncer testicular también puede presentarse en hombres mayores, con un segundo pico de incidencia alrededor de los 45 años, aunque esto sea menos frecuente y biológicamente la enfermedad sea diferente”.

“El síntoma más común es un bulto o endurecimiento en el testículo, generalmente indoloro. Otros signos pueden ser: aumento de tamaño, sensación de peso, y dolor sordo en el abdomen o la ingle”, precisa. 

Así las cosas, destaca que “el autoexamen es fundamental, ya que permite detectar cambios en el testículo de manera temprana. Realizarlo facilita la identificación de cualquier anormalidad, lo que puede hacer una gran diferencia en el pronóstico, ya que la detección temprana aumenta las probabilidades de curación. Es importante consultar ante cualquier bulto, endurecimiento o modificación en el tamaño o la sensación de los testículos. Siempre es mejor controlarse ante cualquier cambio para descartar problemas, aún cuando no haya dolor” 

“Los factores de riesgo para el cáncer de testículo incluyen antecedentes de criptorquidia (testículo no descendido), tener familiares directos con cáncer testicular y antecedentes personales de este cáncer. Los hombres con criptorquidia, incluso si fue corregida en la infancia, presentan un riesgo significativamente mayor”, finaliza Sade.

Cáncer de pene, uno de los menos conocidos 

“Se asocia principalmente a la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), así como a la falta de higiene y a la inflamación crónica del área. También el tabaquismo y ciertas condiciones –como la fimosis, o sea, la dificultad para retraer el prepucio– aumentan el riesgo”, explica Passarella.

Luego informa que “el síntoma más común es una lesión o bulto en el pene, que puede ser indoloro o causar molestias. También puede haber secreción, sangrado, enrojecimiento o cambios en la piel del pene. Ante cualquier cambio, es muy importante consultar con un médico”. 

“El cáncer de pene puede ser agresivo si no se detecta a tiempo, ya que puede invadir tejidos cercanos, propagarse a los ganglios linfáticos o a distancia. Sin embargo, cuando se detecta en fases tempranas, es más fácil de tratar y tiene mejores pronósticos”, subraya la profesional.

En tanto, consigna que “la buena higiene ayuda a prevenir infecciones y acumulación de esmegma, una sustancia que puede irritar la piel y favorecer el crecimiento de células anormales. La limpieza diaria y la circuncisión en caso de dificultad para retraer el prepucio, han mostrado reducir el riesgo de cáncer de pene”.

“No existen controles de rutina específicos para el cáncer de pene, pero es fundamental que los hombres estén atentos a cambios en la piel o lesiones en el área genital. Ante cualquier síntoma, se debe consultar al médico, sin importar la edad”, alerta.-

En cuanto al tratamiento, sostiene que “depende del estadio del cáncer e incluye opciones como cirugía, radioterapia y, en algunos casos, quimioterapia. En etapas tempranas, la cirugía es menos invasiva, y las probabilidades de curación más altas”. 
 

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