

La localidad de Carlos Casares, a poco más de 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, alberga este fin de semana a la gran festividad que rinde tributo a una de sus principales producciones agrícolas: el girasol.
Se trata de un cultivo que no sólo es fundamental para la economía local, sino que también representa un símbolo de la identidad bonaerense y de la Argentina.
“El girasol es totalmente mágico, en todas sus formas se puede rescatar algo especial. No sólo porque se siembra en casi todo el país, sino porque lo tenemos todos los días en las comidas y por su significado espiritual. Buscan la luz del sol y brindan ese mensaje de buscar uno mismo en nuestra vida la luz. Cuando no hay sol, se miran entre ellos para darse fortaleza. No hay posibilidad de competir en su increíble belleza”, asevera Ileana Larregui Armani, primera Representante Cultural, quien este fin de semana abrazará a quien la suceda en el cargo.
Eso será en el marco de la Fiesta Nacional del Girasol, a realizarse viernes y sábado -con entrada libre y gratuita en el Parque General San Martín.
La celebración incluirá desfiles, espectáculos artísticos y elección de la embajadora. Además, los campos de girasoles se transformarán en postales perfectas para capturar la esencia de la llanura bonaerense en imágenes inolvidables.
“La comunidad judía es quien trajo por primera vez la semilla de girasol a nuestro país. Se consideraba milagroso y como un producto medicinal”, acota Delfina De Marco, también Representante Cultural.
La colectividad también llegó con las herramientas de trabajo y la vocación de trabajar la tierra. Así fue como se transformó en el producto icónico de este destino turístico. Esa flor mágica, de colores increíbles, que sigue al sol.
En 1963, varios años después de que se consiguiera la autonomía del partido, la iniciativa de reivindicar las raíces y la historia de la localidad tomó fuerza.
“En 1964, la fiesta en homenaje al girasol tuvo su jornada de bautismo y comenzamos a ser reconocidos como la cuna del girasol argentino. Siempre abonamos a mantener vivo el espíritu girasolero, es un orgullo formar parte de un evento popular tan importante a nivel nacional e internacional”, prosigue Delfina.
En tanto, Ileana pondera ante ANDigital que “se moviliza todo Carlos Casares y toda la zona. Es un evento con más de 60 años de trayectoria, con varios hitos en su haber, logrando por ejemplo en su segunda edición contar con la presencia del entonces presidente de la Nación, Arturo Illia”.
La bendición de las semillas y el reconocimiento a deportistas locales, por su parte, son momentos tradicionales que se llevan a cabo cada año en el marco de la festividad.
En la grilla de actividades se destacan los shows del viernes con Ballet Bellocq, Merende Rock, Caterina Olhaberriet y Nahuel Pennisi; y del sábado con Ballet Pueblo Maya, Gente de Pueblo, Tango Arrabal y Miguel Conejito Alejandro. En tanto que, el domingo actuarán Grupo Pueblo, Pura Química, el violinista Franco Massignani y La Delio Valdez.
“Hay memoria, esfuerzo y trabajo arduo de muchas personas. De aquellas que arribaron a nuestras tierras, de quienes mantuvieron viva nuestra historia y riqueza cultural, y de quienes hoy seguimos trabajando para cuidar y compartir parte de nuestra identidad”, completa la casarense.
Finalmente, Larregui Armani -oriunda de La Maruja, La Pampa- pone en valor el rol de las representantes, sitial que implica “responsabilidad y compromiso”, pues “a cada evento que vamos contamos la historia del girasol, cómo llegó la semilla y todo lo que hace a este cultivo en nuestra mesa. Quién lo lleva, cómo lo cuidan y la importancia de los agricultores”.
Del mismo modo, ensalza que esta investidura permita “darle a la mujer el lugar que la sociedad le quita, que se conozca el trabajo que realizan. No son hegemonías, son coronas con propósito”, ya que deben atravesar capacitaciones y evaluaciones escritas y orales, además de presentar sus proyector inherentes al girasol, esa flor mágica.