

El detrás de escena de la fallida votación para crear una comisión que investigue la criptoestafa que salpica al presidente Javier Milei y su entorno, dejó ribetes papelonozcos y lamentables en el Senado de la Nación.
Por tan solo un voto, la iniciativa no contó con los dos tercios necesarios para ser aprobada. Finalizada la discusión, la lupa en la Cámara alta se posó en los legisladores que plasmaron su rechazo.
La principal sorpresa radicó en el senador del radicalismo Eduardo Vischi, quien había sido uno de los impulsores del proyecto. Llamativamente, el correntino se arrepintió a último momento.
Otros cinco senadores de la UCR actuaron en sintonía. A saber, su coprovinciana Mercedes Valenzuela, la rionegrina Mónica Silva, el santafesino Eduardo Galaretto, la mendocina Mariana Juri, el chaqueño Víctor Zimmermann y la entrerriana Stella Maris Olalla.
El denominador común es que sus provincias están conducidas por gobernadores dialoguistas que, pese al escándalo de corrupción que envuelve a la Casa Rosada, evitan contrariar Milei.
En simultáneo, la conducta de los senadores radicales demuestra, una vez más, la nula autonomía del Poder Legislativo y el deterioro institucional del partido centenario.