

Vecinos de Miramar mostraron su absoluto descontento con el arribo de nuevos “trapitos” quienes, de acuerdo a su apreciación, desembarcaron en su ciudad tras haber sido echados de Mar del Plata.
“Antes esta era una ciudad tranquila, y ahora la conurbanizaron”, exclamaron los indignados vecinos, quienes le apuntan a la “militarización” de la ciudad feliz impuesta por el intendente Guillermo Montenegro.
Las iniciativas de “orden del espacio público” que viene implementando Montenegro tiene sus presuntas derivaciones en las ciudades aledañas, que ahora están sufriendo las consecuencias de su política de mano dura.
Los “cuidacoches” son cazados por la denominada Patrulla Municipal de Mar del Plata, en estricto cumplimiento de las órdenes emanadas por el jefe comunal, y por ello decidieron migrar hacia zonas menos conflictivas, o al menos donde no son maltratados.
Así es que llegaron a Miramar, en busca de un poco de paz para poder ejercer su trabajo, algo que enardece a los vecinos del distrito.
“No buscaron ninguna solución, solo los echaron y ahora están instalándose acá. Desde que a Montenegro se le ocurrió poner orden en la calle, todos los malandras que había en Mar del Plata rajaron. Acá se llenó de trapitos cabezas porque las calles de allá están militarizadas”, explotaron de bronca contra el intendente.
Y cerraron: “Nosotros no tenemos la magnitud de ciudad que tiene Mar del Plata y al final en vez de quedarnos con el rebote del turismo nos quedamos con la resaca golondrina del Conurbano que se instaló en nuestras calles. Lo único que nos falta es que vengan las prostitutas, porque también Montenegro sacó la zona roja”.