

Los sábados, a las 17 horas, se presenta Perder la cabeza en Ítaca Complejo Teatral, una obra de Marcos Rosenzvaig protagonizada por Ezequiel Baquero.
Ascender la escalera de las pasiones implica siempre la posibilidad de perder la cabeza. En éste monólogo, se narra la historia de Marco Avellaneda -condenado a muerte y degollado-, cuya cabeza ha sido colgada de un árbol, en la Plaza Independencia de la ciudad de San Miguel de Tucumán.
A partir de ahí nuestro protagonista se despide de su mujer enamorada, Fortunata García y consigue el oxígeno necesario para respirar cada logro concretado de su corta vida, y a vivenciar los desaciertos y descuidos de sus derrotas, que lo llevaran a su trágico final, en el contexto de la sangrienta epopeya entre unitarios y federales.
El director, Eduardo Lanfranchi, reflexiona: “La pérdida, es un susurro constante en la vida humana. No sólo se refiere a lo material, sino a lo emocional, a las ideas que se derrumban, a los sueños que se desvanecen. Perder la cabeza es dejar que la emoción gobierne el pensamiento, sin freno ni límite. Es desear algo con tal intensidad que borra todas las barreras del sentido común”.
“En la historia argentina, la pasión y la violencia han sido constantes. Desde los enfrentamientos entre unitarios y federales hasta la dictadura militar y la polarización actual. La democracia no es solo un sistema político, sino una forma de convivencia, de respeto mutuo, de diálogo constante. La historia nos invita a reflexionar sobre el ciclo interminable de la violencia y a pensar si realmente hemos aprendido a perder con dignidad”, acota.
Y sentencia: “Al final, perder algo no es lo peor que puede suceder; lo peor es perderse a uno mismo en el proceso”.
Como quedó dicho, las funciones son los sábados a las 17 horas y las entradas pueden adquirirse vía Alternativa o en la boletería de la sala, Humahuaca 4027.