

Las cifras oficiales del segundo semestre de 2024 presentaron una fuerte caída de la pobreza: del pico histórico del 52,9 al 38,1 por ciento. La indigencia también descendió significativamente, de 18,1 a 8,2 por ciento.
Respecto al segundo semestre del 2023, la pobreza e indigencia también se ubican por debajo. Sin embargo, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas expuso que “esta comparación sería comparar a Milei con Milei mismo”.
“Definitivamente estos números vienen con grandes asteriscos”, mencionaron, para luego dar cuenta que en ingresos y confección de la canasta la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) “presenta dificultades para reflejar ingresos reales en contextos inflacionarios”.
“Los ingresos relevados llegan con retraso respecto a los precios, especialmente en trabajadores independientes e informales y jubilaciones. La canasta básica lleva casi 20 años sin actualización profunda, subestimando gastos esenciales (vivienda, servicios, transporte)”, alertó el IpyPP y desglosó los factores detrás de esta evolución.
En lo que hace a ingresos, “hubo recuperación tras el shock inflacionario de diciembre 2023, pero desde mediados de 2024 alcanzaron un techo. El salario registrado recuperó lo perdido hasta noviembre 2023, pero quedó contenido desde entonces. Jubilaciones, pensiones y AUH mejoraron inicialmente, pero el congelamiento posterior hizo retroceder nuevamente el poder adquisitivo. El sector informal ni siquiera logró recuperarse completamente”.
Al aludir al empleo, se indicó que “frente a la caída de empleos formales (-178 mil en 2024), los hogares argentinos no esperaron pasivamente la pérdida de calidad de vida” pues “respondieron buscando segundas ocupaciones (pluriempleo); adelantar la entrada al mercado laboral (jóvenes y estudiantes) y/o alargar jornadas laborales”.
Como ejemplos clave, explicaron que “creció la tasa de actividad (0,6 puntos) más que la creación real de empleo (solo 0,2); aumentaron empleos informales (del 35,8% al 36,1%), trabajos por cuenta propia (del 21,6% al 23,8%) y aumentó la cantidad de horas trabajadas más que proporcionalmente a los puestos de trabajo.
Finalmente, recalcaron las “paradojas” del consumo, dado que “aunque las cifras oficiales muestran menos pobreza, el consumo de alimentos básicos cayó a niveles históricos”.
La leche registró el consumo más bajo en 34 años y la carne vacuna presenta una caída récord del 18,5 % respecto a 2023, mínimo en tres décadas.
“Utilizando indicadores que se aproximan al consumo masivo, la pobreza real al cuarto trimestre 2024 estaría cerca del 46,8 %, muy por encima del dato oficial y por arriba de la situación que heredó Milei”, sentenció el Instituto.