Hallan a un médico asesinado de dos balazos adentro de su camioneta en Merlo

Profunda conmoción generó este jueves en Merlo el hallazgo del cuerpo de un médico asesinado de dos balazos, y adentro de su propia camioneta, luego de que nada se supiera de él desde el martes.

Se trata de Osmar Guillermo Ávila Rodríguez, colombiano de origen, de 67 años de edad y reconocido especialista en otorrinolaringología, quien fue hallado en el interior de su camioneta Nissan en una zona rural de la localidad de Pontevedra, en el mencionado distrito del Conurbano bonaerense oeste, donde se encontraba radicado.

El hallazgo se produjo a metros de la Autopista Presidente Perón, en inmediaciones de una calle de tierra conocida como avenida Patricios, de difícil acceso por el barro acumulado, y fue personal de la Comisaría Sexta de Merlo el que llegó al lugar tras recibir una denuncia vecinal por un vehículo estacionado en forma sospechosa.

Al arribar, los efectivos hallaron una camioneta negra cerrada, que abrieron con la colaboración de Bomberos Voluntarios: en su interior yacía el cuerpo de un hombre en los asientos traseros, sin signos vitales y con dos disparos, uno en el hemitórax y el otro debajo de la axila izquierda, ambos con orificios de entrada y salida.

Vale decir que en la parte trasera del asiento del acompañante se halló un proyectil deformado, que es aparentemente calibre .38 milímetros y que naturalmente será peritado.

El lugar, como se dijo de difícil acceso, es una zona despoblada que carece de cámaras de seguridad, lo cual complica las tareas investigativas; tampoco se halló registro fílmico alguno sobre la autopista lindera.

Es importante destacar que dentro de la Nissan se halló una billetera personal, un teléfono celular y pertenencias de la víctima, pero donde no se encontraron las llaves de encendido del vehículo.

El caso está siendo investigado por la UFI Nº 8 del Departamento Judicial Morón, a cargo de la fiscal Adriana Suárez Corripio, quien busca reconstruir las últimas horas del médico y ya sabe que tenía un departamento en la Ciudad de Buenos Aires que utilizaba algunos días de la semana ya que le proporcionaba cercanía a los centros de salud donde trabajaba.

De hecho, a ese lugar se dirigía presumiblemente el martes, último día que fue visto con vida, pero las alarmas se activaron cuando no se presentó a los trabajos a los que debía concurrir.