Una mujer y su hijo muertos en su casa de Varela: ¿Homicidio seguido de suicidio o doble crimen?

Un horrendo hecho sucedió en las últimas horas en Florencio Varela donde una madre de 47 años de edad y su hijo de apenas 6 fueron hallados muertos tras recibir heridas de arma de fuego.

La primera hipótesis policial apuntaba a un asesinato de la madre, identificada como Micaela Lator, a su hijo Esteban, quien padecía autismo, y su posterior suicido, pero los resultados de las autopsias sobre ambos cadáveres mostraron algo diferente.

Es que, en base a los resultados preliminares de la mencionada operación, la mujer murió alrededor de las 12 del mediodía de este viernes, mientras que su falleció a las 18, seis horas después, algo inconcebible con la hipótesis del crimen seguido de suicidio ocurrido en la vivienda de las calle Pehuajó al 2300 de Bosques, en el mencionado distrito del Conurbano bonaerense sur.

Como si ello fuera poco, en el cuerpo de Micaela se hallaron dos heridas de bala, una en el tórax y la otra en la cabeza, con lo cual la cosa se complica aún más.

Fue el esposo de la mujer, y padre del menor, de 47 años de edad y cuyas iniciales son FAC, quien los halló a ambos tras regresar del trabajo –es tornero de profesión– y llamó al 911: según su declaración, la mujer sufría depresión, que se había agravado con el cuadro que padecía el menor. Incluso en la familia de la mujer hay antecedentes de intentos de suicidio.

Vale decir que en los últimos posteos en las redes sociales de Micaela había mensajes que hacían prever un fatal desenlace: “No quiero mucho en la vida, solo una vida mejor para MI HIJO…”, escribía, de modo algo extraño.

Es importante mencionar que en la casa se hallaron dos armas de fuego, una pistola calibre .22 que estaba sobre la cama y tenía dos vainas servidas y un proyectil intacto, y otra calibre .38 sin municiones y guardado en un ropero.

Resta que los investigadores, encabezados por el titular de la UFI Nº 1 descentralizada de Florencio Varela, fiscal Darío Provisionato, avancen en las pesquisas, periten los teléfonos celulares secuestrados y pongan en jaque –o no– la primera hipótesis del caso: que se trató de un lamentable pero inevitable “filicidio seguido de suicidio”, tal la carátula de la causa.