

Un caso de justicia por mano propia acabó muy mal en las últimas horas en La Matanza donde un agente de la Policía Federal resistió a tiros un robo y en su balacera hirió de gravedad a un nene de 7 años de edad.
Todo sucedió este miércoles por la noche en una parada de colectivos de la avenida Crovara y la calle Madrid, donde estaba el oficial ayudante de la PFA Facundo Daniel Aguilar Fajardo –así se llama el uniformado pistolero, de 21 años–, quien se encontraba a unas dos cuadras de donde estaba el pequeño Thiago Correa, quien también se encontraba esperando el colectivo pero junto a su padre.
Al agente lo abordaron cuatro delincuentes armados con fines de robo: Aguilar Fajardo se identificó como policía y blandió su arma Bersa Thunder Pro reglamentaria, se inició un enfrentamiento y el hombre disparó en diez oportunidades, por lo que el dilema no acabó nada bien.
El menor –recordemos, ubicado a dos cuadras– recibió un tiro en la cabeza, y por ello fue llevado de urgencia al Hospital “Alberto Balestrini”, donde lo operaron y luego trasladaron a un centro asistencial de mayor complejidad, el Hospital del Niño de San Justo, donde se encuentra internado pero con pronóstico reservado.
Por el lado de los delincuentes, uno escapó y otro acabó muerto tras recibir un disparo en el cuello: es Brandon Corpus Antelo, de 18 años; los dos restantes –ambos de 21– resultaron heridos a causa de la balacera, uno es Uriel Montenovo, en la pierna derecha, y el otro es Uriel Leiva, con un tiro en el abdomen, quien también fue llevado a un hospital y su estado de salud es crítico.
Diego Rulli es el fiscal que entiende en la causa, titular de la UFI temática de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, quien ordenó la detención de Aguilar Fajardo por “exceso en la legítima defensa”, así como las de Montenovo y a Leiva, estos dos bajo una carátula de tentativa de robo por ser en el lugar poblado y en banda y por el empleo de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede darse por acreditado”.
El fiscal Rulli tomó la decisión de detener al agente luego de acreditar “rastros hemáticos del menor Thiago distantes a 198,50 metros del lugar desde donde se efectuaron los disparos”, y además secuestró el arma reglamentaria del efectivo.
Vale decir que en el lugar personal de la Policía Científica levantó un proyectil deformado y una vaina servida, así como un arma de fuego tipo revolver calibre .38 milímetros sin numeración ni municiones, que naturalmente fue secuestrada.
Familiares y amigos de Thiago promovieron una cadena de oración en pos de la recuperación del pequeño, quien se encuentra luchando por su vida.