

El 18 de junio se celebra el Día Mundial del Sushi, un fenómeno que une generaciones, transforma oficios y marca tendencia. En Argentina, hace rato, dejó de ser una rareza para convertirse en uno de los protagonistas de la gastronomía urbana.
Hace poco más de 50 años, sólo dos restaurantes ofrecían sushi en Buenos Aires, siendo pionero en la categoría el local inaugurado en 1974 por la familia del reconocido chef nikkei Iwao Komiyama.
“Hoy ya se estima que hay más de 800 opciones entre restaurantes, take away y deliverys en todo el país donde las personas piden y comen sushi a diario”, afirma Lorena Nonaka, presidenta de la Club Gastro Japo, asociación civil que reúne a más de 60 emprendedores gastronómicos especializados en comida japonesa.
El crecimiento fue vertiginoso, pero no se trató solo de volumen: el sushi evolucionó en su forma, en su significado y en su vínculo con el consumidor.
Las nuevas maneras de comer sushi en Argentina
La evolución del sushi argentino también es una historia de mestizajes. Si bien las bases japonesas siguen presentes, las reinterpretaciones locales no paran de sumar sabores: palta, queso crema, langostinos empanados, salsa teriyaki, spicy mayo o miel con sriracha. Lejos de ser un sacrilegio, estas combinaciones reflejan el modo en que las nuevas generaciones incorporan —y transforman— las tradiciones extranjeras para hacerlas propias.
Este “sushi a la criolla” no compite con el tradicional, lo complementa. Mientras crece la oferta de menús omakase y propuestas de alta gama, también se multiplican los locales de sushi libre con sabores explosivos, pensados para compartir y probar sin límites. 3 tendencias:
Sushi libre, el fenómeno que volvió con fuerza
El modelo sushi libre, donde por un precio fijo se puede pedir todo lo que uno quiera al valor de un combo de hamburguesa, se impuso en las salidas con amigos pero también como propuesta familiar.
Muchos jóvenes ahora prefieren disfrutar de un sushi libre en lugar de optar por una hamburguesa con papas, ya que, por el mismo precio, pueden elegir una opción más saludable, variada y sin limitaciones.
Otaku Sushi lidera esta ola con siete locales y la elaboración de más de 4.600.000 de piezas anuales. Cuenta con una propuesta informal pero cuidada, que incluye rolls y nigiris clásicos, innovaciones calientes, entradas japonesas, ramen y hasta opciones veggies.
“Buscamos ofrecer una opción que incluya a todos, donde cada persona pueda disfrutar del sushi y adaptarlo a su gusto, sin ningún prejuicio. El volumen que manejamos nos permite ofrecer calidad y abundancia. Y para celebrar el día del sushi este 18 de junio sumamos una promoción dónde vienen tres a comer pero pagan sólo dos”, comenta Pablo Kohan, gerente general de Otaku Sushi.
Omakase, la vuelta a las raíces
Para los paladares más puristas, el omakase —menú a elección del chef— se posiciona como experiencia top. El cliente se sienta en la barra y recibe, uno por uno, los bocados que el sushiman propone según su inspiración, el producto del día y el ritmo del comensal.
Una tendencia que se dio los últimos años es la reconversión de las clásicas tintorerías japonesas en restaurantes estilo omakese al mando de las segundas generaciones de las familias, el caso de Tintorería Yafuso marca un hito al tener sus reservas sold out durante meses.
Taco sushi, reversión a la mexicana
Una de las tendencias más novedosas y urbanas es el taco sushi: piezas servidas como si fueran tacos mexicanos, pero con base de alga nori crocante en lugar de tortilla. Se rellenan con arroz, langostinos, atún spicy, salmón marinado, guacamole o salsas tipo chipotle y se comen con la mano.
Son visualmente atractivos, fáciles de compartir y diseñados para el paladar joven. Espacios como NoriTaco BA, impulsan esta fusión que transforma la tradición nipona en street food con onda latina.
Así, el sushi en Argentina ya no es solo un plato, es una profesión, una industria en expansión y una forma de expresarse. En el Día Mundial del Sushi, se celebra una transformación que va mucho más allá de los ingredientes, es el cruce entre historia y futuro, entre una cultura milenaria que está viva y que se reinventa con cada roll.