

La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) publicó un informe en el que denuncia que la paralización del Plan Maestro del Río Salado, obra pública estratégica para la región agropecuaria, representa pérdidas anuales superiores a los 5.000 millones de dólares.
Según la entidad presidida por Ignacio Kovarsky Arambarri, “la desidia sale cara”, y apuntó directamente contra el Gobierno nacional por frenar la continuidad de los trabajos.
Vale reseñar que el proyecto fue concebido en 1999 con apoyo del Banco Mundial y tenía como fin mitigar inundaciones y sequías en una región que abarca 17 millones de hectáreas. Esta zona produce más del 70 % de los granos bonaerenses, el 20 % de la leche nacional y concentra el 75 % del stock vacuno de la Provincia.
Se estima que las lluvias de este año anegaron más de 2 millones de hectáreas, afectando la actividad agropecuaria, en tanto que el informe reclama liderazgo federal y financiamiento nacional urgente para evitar más pérdidas económicas y sociales.
Además, CARBAP remarcó que mientras los derechos de exportación generados por esta región superan los US$ 35.000 millones, esos fondos no han sido reinvertidos adecuadamente. El resultado: un costo total estimado en US$ 40.000 millones por pérdidas evitables y oportunidades desaprovechadas.
Así las cosas, CARBAP hizo un llamado “a toda la dirigencia política —sin distinción de niveles de gobierno ni pertenencia partidaria— para que asuma con seriedad la dimensión de este desafío y adopte, de manera inmediata, las decisiones necesarias para garantizar la asignación de los fondos que permitan completar las obras pendientes del Plan Maestro del Río Salado”.
“No existen argumentos técnicos, económicos ni éticos que justifiquen seguir postergando una solución largamente planificada, parcialmente financiada y reclamada insistentemente por los productores. La inacción ya ha generado un costo demasiado alto”, completó la Confederación.