sábado 12 de julio de 2025 - Edición Nº4130

Interés general | 8 jul 2025

Desafíos tangibles

Innovación de “acupuntura”: estímulo preciso en industrias tradicionales

No se trata de una cirugía mayor para cambiar el producto —el vino ya es excepcional, la experiencia de un buen restaurante ya es valiosa—, sino de una intervención mínima y precisa en un punto de fricción desatendido.


Por Lorena Reatti (*

El debate público está saturado por la idea de la disrupción. Celebradas como un mantra, las innovaciones que buscan reinventar todo, desde la inteligencia artificial hasta la exploración espacial, capturan la imaginación colectiva. Sin embargo, esta obsesión por proyectos muy ambiciosos, a menudo, deja en la sombra a las industrias que forman el tejido de nuestra cultura cotidiana, como la del vino y la gastronomía.

Estos sectores, lejos de la especulación futurista, enfrentan desafíos tangibles. La industria vitivinícola, un emblema de tradición y orgullo, registra una preocupante caída del consumo per cápita a nivel global. De manera similar, el sector gastronómico atraviesa una compleja readecuación tras el auge post-pandémico, donde el deseo del consumidor permanece, pero su racionalidad económica se ha agudizado. Ante esta situación, surge una pregunta ineludible: ¿están estas industrias destinadas a una lenta contracción, o existe una forma de revitalizarlas?

Para encontrar una solución, es vital comprender una distinción fundamental que a menudo se confunde en el ecosistema emprendedor: la diferencia entre creatividad e innovación. La creatividad es la chispa, la idea inicial; es necesaria, pero por sí sola, es insuficiente. La innovación, en cambio, es esa idea ya implementada y validada por el mercado. Es el puente ya construido, no sólo el plano del puente. 

Muchas startups fracasan no por falta de ideas creativas, sino por un déficit en la compleja disciplina de la implementación, al enamorarse de su idea en lugar de obsesionarse con resolver un problema real.

Frente a este escenario, emerge un enfoque distinto: la “innovación de acupuntura”. No se trata de una cirugía mayor para cambiar el producto —el vino ya es excepcional, la experiencia de un buen restaurante ya es valiosa—, sino de una intervención mínima y precisa en un punto de fricción desatendido

El problema a resolver no es el producto en sí, sino las barreras que impiden una conexión más fluida y frecuente con él: el costo de la experimentación, la parálisis por exceso de opciones o la percepción de que ciertas experiencias son sólo para ocasiones especiales.

El efecto de una intervención de este tipo -cuando es certera- es expansivo. Se genera un círculo virtuoso que revitaliza todo el ecosistema. Para el consumidor, se reduce la fricción y se transforma la curiosidad en un hábito, fomentando una exploración constante. Para el comercio de cercanía —el wine bar, la vinoteca, el restaurante—, esto se traduce en un flujo constante y predecible de clientes, un motor de marketing orgánico que dinamiza las horas valle y potencia ventas adicionales. Para la industria en su conjunto, el impacto es una expansión del mercado. No se compite por una porción del pastel, se trabaja para hacer el pastel más grande.

Esta lógica de la innovación de acupuntura es extrapolable a otros sectores. Industrias como la editorial, el turismo local o la artesanía enfrentan desafíos similares; todas poseen un producto de inmenso valor cultural, pero también fricciones que limitan su consumo y disfrute. 

Desde Vinitus consideramos que la próxima gran transformación para nuestras industrias más queridas quizás no provenga de un algoritmo de complejidad inaudita, sino de una idea simple y brillantemente ejecutada. Una idea que nos recuerde el placer de descubrir, de forma accesible y cotidiana, el extraordinario valor que siempre ha estado ahí, esperando ser reconectado.

(*) Socia Fundadora de Vinitus
 

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