

En un mundo donde estar conectado ya no es opcional, Elon Musk vuelve a meterse en el centro de la escena con un anuncio que podría cambiar la forma en que accedemos a internet. Se trata de Starlink V3, la nueva generación del servicio satelital que ofrece SpaceX, con mejoras que prometen velocidades inéditas, menos latencia y alcance global.
¿La ambición? Superar lo que hoy brinda la fibra óptica, especialmente en lugares donde es difícil o directamente imposible llevar ese tipo de conexión. Con esta nueva versión, los satélites, que serán lanzados con el cohete Starship 3, podrán ofrecer hasta 1 terabit por segundo (Tbps), diez veces más que los equipos actuales.
Pero no es solo cuestión de velocidad. Uno de los grandes avances está en la reducción de la latencia, es decir, el tiempo que tarda en enviarse y recibirse la información. Según Musk, el objetivo es que baje a menos de 20 milisegundos, e incluso llegue a los 5 ms en condiciones ideales, una cifra que compite de lleno con la fibra.
Además de navegar más rápido o mirar series en ultra HD, este tipo de conexión permitirá hacer cosas que hasta ahora eran impensadas con satélites: jugar online, hacer videollamadas sin cortes y trabajar en la nube en tiempo real. Musk incluso contó que llegó al nivel 116 del Diablo IV en modo hardcore usando solo Starlink, como para demostrar que no se queda en promesas.
Con más de 6 millones de usuarios activos en todo el mundo, el servicio ya está presente en casas, barcos, aviones y zonas rurales. Y con la llegada de Starlink V3, se espera que ese número crezca aún más, sobre todo gracias a una bajada progresiva de precios que lo hace cada vez más accesible.
En resumen, esta nueva versión de Starlink no apunta solo a los que viven en el medio del campo. También quiere conquistar a quienes buscan más independencia de las operadoras tradicionales, incluso en plena ciudad. Y si de algo sabe Elon Musk, es de cambiar las reglas del juego.