

Una verdadera tragedia ocurrió en las últimas horas en el Polideportivo Municipal Gorki Grana, en Castelar sur, donde Uriel López, un chico de apenas 19 años de edad, murió mientras disputaba un partido de fútbol en una de las canchas de 11.
El suceso, verdaderamente conmocionante, se dio durante la tarde de este martes: Pasadas las 17 horas el joven se desplomó debajo de uno de los arcos, sus compañeros y rivales lo socorrieron y pidieron asistencia a las autoridades del complejo, desde donde se llamó a emergencias alrededor de las 17.30 , y una ambulancia arribó al lugar poco antes de las 17.45.
Apenas arribó, uno de los profesionales médicos del SAME comenzó con las maniobras de RCP y demás tareas de reanimación pero no hubo caso, Uriel había muerto en el acto.
Elevadas las informaciones pertinentes, la UFI Nº 3 del Departamento Judicial Morón, a cargo de la fiscal Valeria Courtade, decidió que el cuerpo del joven sea trasladado a la Morgue Judicial para que se le practique la correspondiente operación de autopsia y caratuló la causa como “averiguación de causales de muerte”.
Lo que sí se sabe es que López tenía antecedentes cardíacos, y de hecho había sido sometido a una reciente intervención quirúrgica coronaria, con lo cual de no haber existido la patología previa se trataría de un hecho absolutamente extraño para un joven de esa edad.
Este hecho, sin embargo, vuelve a poner sobre el tapete los efectos secundarios sobre funciones coronarias en pacientes que se aplicaron algunas de las vacunas del COVID-19, logradas en poco menos de 10 meses cuando nomalmente su salida al mercado se da tras una década de estudios y análisis.
El caso de Oxford-AstraZeneca es uno de los más llamativos porque su Directorio decidió durante el 2024 retirar su dosis original del mercado luego de haber obtenido reportes de “unos pocos casos de muerte por trombosis a causa de la vacuna”, tal y como informó el prestigioso medio BBC de Londres.