

En un clima social atravesado por escepticismo y malestar económico, una encuesta reveló que más de la mitad de la ciudadanía se identifica como clase baja o media baja.
De acuerdo con los datos relevados por Zentrix Consultora, el 40,5 % declara que su situación económica personal es mala o muy mala, aunque este valor registra un retroceso de 2,1 puntos porcentuales respecto a julio, lo que indica una leve mejora en la percepción individual.
En cambio, al ser consultados por la situación del país, el 64 % la califica como mala o muy mala, 11,2 puntos más que en el mes anterior, mostrando un deterioro marcado en la valoración del contexto general.
Esta brecha refleja que, mientras la percepción personal se mantiene relativamente estable, la mirada sobre el rumbo del país se agrava con fuerza. Al desagregar por voto en el ballotage 2023, se observa que entre quienes apoyaron a Javier Milei la negatividad sobre la situación nacional alcanza el 34,2 %, mientras que entre los votantes de Sergio Massa casi la totalidad la considera negativa.
El escepticismo económico también se manifiesta en la percepción sobre la credibilidad de las cifras oficiales informadas por el INDEC. El 67,4 % de los encuestados sostiene que los datos de inflación no reflejan adecuadamente el aumento real de su costo de vida, lo que representa un incremento de 10,7 puntos porcentuales respecto a julio.
Este deterioro en la confianza estadística acentúa el malestar económico y refuerza la sensación de desconexión entre los indicadores oficiales y la experiencia cotidiana de la población.
Consultados por las principales preocupaciones que enfrenta hoy el país, los encuestados señalan en primer lugar la situación económica y la inflación (28,5 %), seguida por la corrupción (22,3 %), el desempleo (16 %) y, en cuarto lugar, la inseguridad (12,6 %).
Interrogados sobre quiénes consideran que son los principales beneficiarios de las políticas económicas y sociales del Gobierno nacional, la respuesta fue contundente: el 67,8 % de los encuestados identifica a la clase alta como la principal favorecida por las medidas implementadas por Javier Milei y su equipo económico. Esta percepción refleja una lectura crítica extendida sobre la orientación distributiva de las políticas actuales y refuerza el clima de malestar respecto a la equidad en el reparto de costos y beneficios.
En cuanto a las imágenes políticas de los principales dirigentes, Milei presenta una imagen positiva del 34, 6%, lo que implica una caída de 1,6 puntos porcentuales respecto a julio. La intensidad positiva, que puede considerarse su núcleo duro de apoyo, alcanza el 20,9 %, también en retroceso frente al 25,2 % del mes anterior.
Entre sus votantes de 2023, la imagen positiva se mantiene en niveles elevados (65,8 %), sin variaciones respecto a julio, mientras que entre los votantes de Sergio Massa desciende al 1,6 %, menos de la mitad del valor registrado en julio. En contrapartida, la imagen negativa asciende al 58,1 %, con un aumento de 6,6 puntos porcentuales respecto al mes anterior. La intensidad negativa es particularmente alta, con un 50,5 % que lo califica con “muy mala” imagen, reflejando un núcleo de rechazo consolidado.
Por su parte, el gobernador bonaerense Axel Kicillof registra una imagen positiva del 39,4 %, lo que representa un crecimiento de 3,6 puntos porcentuales respecto a julio, en tanto que el ministro de Economía, Luis Caputo, apena trepa al 28,2%, con un retroceso significativo de 6,5 puntos porcentuales respecto a julio.
La ministra de Seguridad de la Nación y candidata a senadora por el oficialismo, Patricia Bullrich, presenta una imagen positiva del 31,7 % a nivel nacional, concentrada casi exclusivamente entre los votantes de Javier Milei en el ballotage 2023, al tiempo que el líder camporista Máximo Kirchner registra una de las imágenes positivas más bajas de la medición, con 23,2 % a nivel nacional, de los cuales sólo un 9, 3% corresponde a una intensidad positiva.
Resta precisar que al momento del relevamiento aún no se habían definido las alianzas electorales ni los candidatos de cada distrito, por lo cual se preguntó de forma genérica por las principales fuerzas nacionales.
Ese escenario refleja una polarización competitiva entre Fuerza Patria (36,8 %) y la coalición entre La Libertad Avanza+PRO (34,5 %), donde la definición dependerá de la movilización electoral y del voto táctico.
El peronismo provincial (10,1 %) funciona como espacio de peso intermedio, con capacidad de transferir apoyos según coyuntura y desempeño local. El radicalismo (3,6 %) exhibe debilidad estructural y riesgo de fuga hacia LLA+PRO en un contexto de voto útil.
Por último, el segmento indeciso/otros (12,9 %) constituye el principal foco de volatilidad, y su orientación final será determinante para consolidar mayorías. El voto en blanco (2,1 %), aunque acotado, señala un nivel de desafección que podría incrementarse en ausencia de ofertas atractivas.