

A partir de la articulación entre el Municipio de Almirante Brown y la provincia de Buenos Aires, se está finalizando la primera etapa de la renovación integral y equipamiento de la Ruta 4, en el tramo que une el límite con Quilmes en San Francisco Solano hasta la rotonda El Vapor, atravesando las localidades de San Francisco Solano, Claypole, San Francisco de Asís (Don Orione) y Burzaco.
En ese marco, la comuna browniana que conduce Mariano Cascallares difundió imágenes de una recorrida por la renovada traza.
Según se destacó desde el Gobierno municipal, con esta renovación integral de la Ruta 4 “se da respuesta a una demanda histórica de los vecinos, mejorando la seguridad vial, la iluminación, el escurrimiento pluvial y también la conectividad entre nuestras localidades”.
“Es una obra estratégica que cambia la vida cotidiana de miles de personas que circulan a diario por esta traza”, resumieron.
Cabe detallar que esta etapa de la obra se extiende desde la avenida Espora hasta Donato Álvarez, e incluyó el tendido de 81.192 metros cuadrados de carpeta asfáltica y la construcción de 12.172 metros lineales de cordón cuneta, mejorando de manera significativa la transitabilidad de una de las arterias más importantes del distrito.
Entre los trabajos realizados se destacan también la puesta en valor del Puente de Claypole, donde se utilizaron 4.138 metros cuadrados de hormigón para bacheo, se renovaron 3 mil metros lineales de barandas protectoras y se realizaron tareas en las juntas.
La modernización integral incluyó la renovación de 253 luminarias, la instalación de 65 nuevas columnas con tecnología LED, y la puesta en valor y recambio completo de los sistemas semafóricos, además de la sincronización de los existentes.
Asimismo, para mejorar la seguridad y accesibilidad se construyeron 315 rampas de acceso para personas con discapacidad, se realizaron dársenas de colectivos, se instalaron nuevos refugios para el transporte público y se renovaron dos pasarelas peatonales, todas con sus respectivas puestas en valor.
En paralelo, se ejecutaron trabajos de parquizado, paisajismo y la demarcación horizontal de más de 8.900 metros cuadrados, con señalización de sendas peatonales, cordones cuneta, divisorias de carril y renovación de 184 metros cuadrados de cartelería vertical.
El proyecto contempló además la adecuación hidráulica de la traza. Se extendieron más de 6.600 metros lineales de cañerías de entre 0,50 y 1,20 metros de diámetro, que abarcan 15 cuencas con desembocadura en los arroyos Las Piedras, San Francisco y Las Perdices. Estas tareas incluyeron 14.891 metros cúbicos de excavación para conductos, 126 sumideros y 138 cámaras, lo que permitió redireccionar el escurrimiento pluvial y domiciliario que anteriormente afectaba la calzada.
Resta ponderar que gracias a estas obras se solucionó una problemática histórica de anegamientos, aliviando zonas críticas mediante nuevos pluviales y la adecuación de los existentes, con pendientes calculadas que facilitan el escurrimiento de las aguas de lluvia.