miércoles 03 de septiembre de 2025 - Edición Nº4183

Interés general | 1 sep 2025

Precisión

Cómo afecta la temperatura a la medición de la viscosidad

Incluso si se trata de pequeñas variaciones, se pueden alterar por completo las interpretaciones de una muestra. Todos los puntos a tener en cuenta.


Hay un parámetro que resulta esencial en los laboratorios e industrias como la farmacéutica, la química y la alimentaria, y es la medición de la viscosidad. Sin embargo, dentro de esta medición también hay un aspecto que muchas veces es pasado por alto: el efecto de la temperatura sobre los resultados. Incluso si se trata de pequeñas variaciones, se pueden alterar por completo las interpretaciones de una muestra.

Por eso es muy importante trabajar con equipos confiables, como un viscosímetro de laboratorio que permite obtener datos más estables y reproducibles, reduciendo errores y mejorando la calidad de los análisis. 

¿Por qué la viscosidad depende de la temperatura?

Lo que hace la viscosidad es describir la resistencia de un fluido a fluir. A medida que la temperatura aumenta, la mayoría de los líquidos se vuelven menos viscosos (es decir, más fluidos), mientras que en los gases ocurre todo lo contrario. 

En este sentido, hay algunos puntos claves a destacar:

---) Una mínima diferencia de solo 1-2 ºC puede modificar significativamente los resultados.

---) La relación que hay entre temperatura y viscosidad no es lineal; siempre depende de la composición del fluido.

En sectores que fabrican lubricantes, alimentos o cosméticos, estas variaciones pueden llegar a tener un gran impacto en la calidad del producto final.

Casos reales donde la temperatura altera los resultados

Como mencionamos anteriormente, la temperatura juega un rol fundamental en el resultado de estos procesos. A continuación, estos ejemplos ayudan a tener un panorama más realista de hasta qué punto puede influir en la medición de la viscosidad:

  • Lubricantes industriales: Un aceite que a 25 °C parece cumplir con todos los requisitos de fluidez puede comportarse de forma completamente distinta en un motor que alcanza los 90 °C. Esta variación impacta directamente en su capacidad de proteger las piezas y reducir el desgaste.
  • Productos farmacéuticos: Cremas, jarabes o geles están diseñados para mantener una textura específica que garantice eficacia y comodidad de uso. Si la viscosidad no se mide bajo condiciones controladas, el producto puede perder consistencia y, con ello, la confianza del paciente.
  • Alimentos y bebidas: Chocolates, salsas y mieles son ejemplos claros de cómo la temperatura puede cambiar radicalmente la experiencia sensorial. Un mismo producto puede resultar demasiado líquido o demasiado espeso, afectando tanto la textura como la aceptación del consumidor final.

Estos simples casos muestran que, sin un control térmico adecuado, la medición de la viscosidad no sólo pierde validez científica, sino que también compromete la calidad del producto y su rendimiento en condiciones reales de uso.

Buenas prácticas para evitar errores en la medición

Si eres un técnico de laboratorio, considera las siguientes recomendaciones y buenas prácticas como tu pequeña guía rápida para asegurarte de que los datos que obtengas siempre sean confiables:

  • Mantener la muestra a temperatura constante con baños termostatados.
  • Homogeneizar la muestra antes de medir para evitar gradientes térmicos.
  • Registrar siempre la temperatura junto con el resultado de viscosidad.
  • Usar cabinas cerradas o equipos con control integrado de temperatura.

¿Qué tipo de viscosímetros son más adecuados?

En la mayoría de los casos, el viscosímetro elegido siempre va a depender de la naturaleza del fluido y del nivel de precisión que se busca alcanzar.

Dentro de los distintos tipos de viscosímetros, los modelos más comunes que existen en los laboratorios son:

  • Capilares, muy precisos en líquidos de baja viscosidad.
  • Rotacionales, versátiles y fáciles de usar, ideales para una amplia gama de muestras.
  • De caída de bola, recomendados para líquidos transparentes y homogéneos.

En la práctica, los viscosímetros rotacionales suelen ser los más elegidos porque permiten obtener resultados fiables en diferentes condiciones. 

Si vas a comprar un viscosímetro, sea cual sea su tipo, lo más recomendable es optar por instrumentos que integren control digital de temperatura, alta sensibilidad en rangos estrechos y la posibilidad de trabajar con diferentes geometrías

Si hay alguien capacitado en la industria para responder a esta demanda es IKA, que  ofrece equipos diseñados para medir con precisión en condiciones controladas, reduciendo el margen de error y aportando total seguridad a tus resultados.

En conclusión

La relación entre temperatura y viscosidad es prácticamente innegable, y no tenerla en cuenta puede llevar a obtener interpretaciones equivocadas o incluso a fallos de calidad en la producción. Por eso, la clave está en aplicar buenas prácticas y usar siempre equipos confiables.

Empresas como IKA son líderes en el mercado porque desarrollan soluciones de laboratorio que permiten obtener datos precisos y estables, asegurando que cada análisis sea una herramienta de confianza para la investigación o la industria.

¿Ya has experimentado cómo la temperatura cambia los resultados de tus mediciones? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios!

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