

Terence Crawford se subió definitivamente al podio de los grandes del boxeo. El estadounidense superó de forma clara a Saúl “Canelo” Álvarez en el Allegiant Stadium de Las Vegas y se consagró como nuevo campeón indiscutido del peso supermediano. La victoria por decisión unánime extendió su invicto a 42 peleas y dejó al mexicano con la tercera derrota de su extensa carrera.
La expectativa era enorme y no decepcionó. Frente a más de 65 mil personas y millones que siguieron la transmisión por streaming, se vieron dos estilos opuestos: la movilidad y precisión de Crawford contra la potencia y el intento de presión constante de Canelo. El estadounidense ejecutó un plan perfecto, evitando el choque frontal y desgastando a su rival con combinaciones certeras.
A medida que avanzaban los rounds, la diferencia se hizo evidente. Crawford se mostró fresco, con lectura rápida de los movimientos, mientras que Canelo lució incómodo, sin encontrar la forma de romper la defensa y con señales de cansancio. Desde su esquina lo motivaron con frases como “vinimos a ganar”, pero no alcanzó para revertir la tendencia.
Cuando sonó la última campana, la sensación era unánime: no hacía falta esperar el fallo de los jueces. Crawford había dominado de principio a fin y así lo confirmaron las tarjetas. Con esta victoria, se convirtió en el primer boxeador de la historia en ser campeón indiscutido en tres divisiones distintas, un logro que lo coloca en el Olimpo del deporte.
La fecha también tuvo un condimento especial en Argentina, ya que cada 14 de septiembre se celebra el Día del Boxeador. La conmemoración recuerda la épica pelea de 1923 en la que Luis Ángel Firpo enfrentó al mítico Jack Dempsey en Nueva York. Casi un siglo después, el boxeo sigue regalando noches memorables y esta vez fue Crawford quien escribió una nueva página dorada.