

El clima social de septiembre está atravesado por el malestar económico y la desconfianza hacia la dirigencia. La mayoría de los argentinos percibe que su situación personal se deteriora y que el rumbo del país es negativo. En este marco, de acuerdo al último sondeo de la consultora Zentrix, seis de cada diez encuestados desaprueban la gestión del presidente Javier Milei, lo que confirma un nivel de insatisfacción extendido en la sociedad.
MOP - Septiembre: El clima social está atravesado por el malestar económico y la desconfianza hacia la dirigencia. La mayoría de los argentinos percibe que su situación personal se deteriora y que el rumbo del país es negativo. En este marco, seis de cada diez encuestados… pic.twitter.com/8dFcIVKjdQ
— Zentrix Consultora (@ZXConsultora) September 22, 2025
A este rechazo se suma la crítica hacia referentes históricos asociados al oficialismo actual: el 73 % tiene una imagen negativa de la familia Menem, que hoy ocupa lugares clave en el Gobierno, desde la presidencia de la Cámara de Diputados a cargos estratégicos en la Casa Rosada.
En paralelo, la figura de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, también aparece en el centro de las tensiones: el 60 % de los encuestados cree que podría estar involucrada en hechos de corrupción, ampliando la desconfianza más allá del propio Presidente y reforzando el clima de rechazo hacia su círculo más cercano.
El escepticismo hacia los indicadores oficiales se mantiene en niveles elevados. Este mes, el 66,7 % de los encuestados sostiene que los datos del INDEC no reflejan la inflación real, frente a un 30 % que sí los acepta.
La desconfianza se alimenta de demoras técnicas históricas: la canasta de bienes y servicios del IPC no se actualiza de manera integral desde 2016, cuando se incorporaron ponderaciones basadas en la Encuesta de Gastos de los Hogares de 2004. Desde entonces, sólo se realizaron ajustes parciales, sin una revisión completa que acompañe los cambios en los hábitos de consumo.
En septiembre, la desconfianza hacia el INDEC sigue alta: el 66,7% de los encuestados cree que los datos oficiales de inflación no reflejan los precios que enfrenta en su vida cotidiana, mientras que solo un 30% confía en las mediciones.#Inflación #INDEC #Encuesta… pic.twitter.com/mZIZq7rO7R
— Zentrix Consultora (@ZXConsultora) September 21, 2025
Ese trasfondo explica buena parte del descreimiento actual. Las estructuras de gastos de los hogares se han transformado de forma profunda en las últimas dos décadas, con mayor peso relativo de rubros como servicios digitales, transporte, salud y educación privada.
Sin embargo, la canasta oficial sigue atada a patrones de consumo de hace más de 20 años, lo que genera una desconexión evidente. En un contexto donde cada vez más familias perciben que el sueldo no alcanza para cubrir necesidades básicas, la distancia entre los precios que mide el INDEC y los gastos cotidianos alimenta la sensación de que los indicadores no capturan la realidad, reforzando la desconfianza en la estadística pública.
Después de la derrota libertaria en la provincia de Buenos Aires, la encuesta revela un mensaje claro de la sociedad: la mayoría discute qué tipo de cambios debe encarar el Gobierno nacional. El 45 % de los encuestados pide explícitamente escuchar más las demandas sociales y aplicar políticas de alivio para los sectores más bajos, mientras que otro 34 % se reparte entre quienes reclaman acuerdos con la oposición e introducción de correcciones en el rumbo económico. Sólo uno de cada cinco sostiene que Milei debería seguir sin modificaciones, lo que muestra que incluso entre sus propios votantes existe la expectativa de ajustes.
La agenda que surge de esta demanda conecta directamente con la percepción de los principales problemas nacionales. Tres de cada diez señalan a la situación económica como el desafío más urgente y uno de cada cuatro ubica a la corrupción en segundo lugar. Es decir, no sólo hay un reclamo por la pérdida de poder adquisitivo y la sensación de que el sueldo no alcanza, sino también por la falta de transparencia y los conflictos de intereses que atraviesan a la política. En conjunto, los datos configuran un cuadro en el que la ciudadanía exige respuestas concretas: aliviar la presión sobre los ingresos, recomponer la confianza en las instituciones y abrir canales de diálogo que permitan salir del actual clima de confrontación.
Por otra parte, la intención de voto de septiembre muestra un crecimiento significativo de Fuerza Patria, que alcanza el 41,5 %, cuando el mes pasado se ubicaba en 36,8 %. Por su parte, La Libertad Avanza también sube levemente al 35,4 %, frente al 34,5 % previo.
Este movimiento consolida una diferencia de seis puntos a favor del peronismo a nivel nacional, que logra ampliar su ventaja tras las legislativas en provincia de Buenos Aires. En un segundo plano aparecen Provincias Unidas con un 5,6 % y el Frente de Izquierda con un 3,8 %, mientras que el 11,1 % de indecisos y el 2,6 % de voto en blanco o anulado se mantienen como bolsón clave para definir la elección.
El contraste con el mes pasado muestra que el crecimiento de Fuerza Patria es más dinámico que el de sus competidores, lo que sugiere una recuperación de apoyo en el electorado tras la última contienda provincial.