

Por Giancarlo Soares (*)
En un mundo donde la economía depende de la conectividad y la información fluye a la velocidad de la nube, los profesionales de IT se han convertido en actores indispensables. No sólo mantienen operativa la infraestructura digital: también garantizan que empresas, gobiernos y organizaciones puedan adaptarse a un entorno de cambios vertiginosos.
En un sector en plena transformación, impulsada por la rápida adopción de la inteligencia artificial, la expansión de los entornos multicloud —basados en múltiples alojamientos en la nube— y una creciente presión en materia de ciberseguridad y cumplimiento normativo, ya no alcanza con “tener tecnología”: es clave contar con el respaldo de equipos especializados que aseguren continuidad, resiliencia y confianza.
En este contexto, la resiliencia digital se consolida como la capacidad más demandada de los equipos de TI. Ya no basta con reaccionar ante fallos: hoy es necesario anticiparse a los problemas, adaptarse rápidamente y garantizar la continuidad operativa sin interrupciones. Un sistema resiliente no sólo resiste incidentes y mantiene el servicio, sino que también aprende de cada situación para fortalecerse.
Según datos del sector recopilados por BMC Helix, más del 70 % de las organizaciones reportan una mayor complejidad en sus sistemas, y el 90 % enfrentan riesgos crecientes en seguridad y cumplimiento. Para los profesionales de TI, esto significa que sus funciones van mucho más allá del soporte técnico: hoy son guardianes de la confianza de los clientes, protectores de datos sensibles y actores clave en la competitividad de los negocios.
Hablar de resiliencia digital no se trata sólo de recuperarse tras un incidente, sino de diseñar operaciones preparadas para funcionar en contextos de cambio constante. Esto exige nuevas competencias: monitoreo inteligente, automatización de respuestas y una visión estratégica del impacto de la tecnología en la organización.
Además, el concepto de resiliencia está redefiniendo la relación entre las personas y la tecnología. A medida que las tareas repetitivas se automatizan, los profesionales de TI asumen un rol más analítico y creativo: interpretan datos, colaboran con la inteligencia artificial en la toma de decisiones y dirigen recursos hacia la innovación.
En un entorno cada vez más complejo, la resiliencia digital no es sólo una característica técnica, sino una estrategia esencial para el desarrollo del país y sus industrias.
(*) Field CTO Latinoamérica de BMC Helix