lunes 29 de septiembre de 2025 - Edición Nº4209

Economía | 29 sep 2025

Análisis

Para seguir bajando la pobreza hay que fortalecer la gestión

La dinámica es que, cuando la inflación se acelera, pierden los salarios, pero particularmente los informales que son la principal fuente de ingresos de los hogares pobres junto a las transferencias monetarias del Estado.


Informe semanal del Instituto para el Desarrollo Social Argentino -IDeSA-

El INDEC informó que la pobreza urbana bajó desde el 53 % en el primer semestre del 2024 a 32 % en el mismo período del 2025. La magnitud de la baja dio motivos a polémicas y posicionamientos extremos. Desde planteos eufóricos hasta cuestionamientos sobre la representatividad y calidad de la información que produce el INDEC. En cualquier caso, no hay que perder de vista que la tasa de pobreza se mantiene por encima de la del 2017 (27 %), año anterior a que se iniciara la aceleración inflacionaria por la crisis cambiaria del 2018. 

Una forma de abordar con objetividad el tema es analizando las fuentes de ingresos de las familias en situación de mayor vulnerabilidad. Según la encuesta de hogares del INDEC el trabajo informal es la principal fuente de ingresos del 30 % de las familias con menores ingresos, es decir, los hogares pobres. En promedio, el trabajo informal aporta el 45 % de los ingresos familiares totales. El trabajo formal es mucho menos importante ya que aporta sólo el 22 % del total de los ingresos. 

También son relevantes las transferencias del Estado, ya sea por jubilaciones y pensiones que aportan un 14 % y la AUH que representa un 11 % de los ingresos totales. Otras fuentes de menor importancia completan el 8% restante de los ingresos totales de los hogares pobres. 

En el contexto de acelerada baja de la inflación, según el INDEC, estas fuentes de ingresos entre el primer semestre del 2024 e igual periodo del 2025 tuvieron las siguientes variaciones reales ajustadas por lo que subió la Canasta Básica Total (línea de pobreza):  

---) El salario informal creció 58 % y el salario formal un 20 % en términos reales.

---) La AUH creció 37 % en términos reales.

---) La jubilación mínima más el bono creció 15 % en términos reales. 

Estos datos muestran que hubo significativas mejoras en las principales fuentes de ingresos de los hogares pobres. La dinámica es que, cuando la inflación se acelera, pierden los salarios, pero particularmente los informales que son la principal fuente de ingresos de los hogares pobres junto a las transferencias monetarias del Estado. El proceso contrario se da cuando la inflación se desacelera. El clima de estabilidad favorece la recuperación de los salarios formales y las prestaciones sociales, pero más decisiva es la recuperación de las remuneraciones informales. El salario informal es el que menor poder de defensa tiene cuando los precios crecen, por eso es el que más se recupera cuando decrecen.

Bajar la inflación es un logro de muy alto impacto social que es esencial conservar. Pero para darle continuidad y profundidad al proceso de desarrollo social hay que abordar una agenda de políticas públicas muy desafiante. Se trata de generar condiciones propicias para un crecimiento económico sostenido y lograr que los adultos de los hogares pobres puedan insertarse en el mercado laboral formal. 

Para esto es fundamental mejorar sustancialmente la educación básica para los niños y jóvenes y el entrenamiento de adultos para el trabajo. También modernizar la legislación del trabajo y las justicias laborales provinciales. Hay que darles prelación a los contratos laborales individuales y de empresas por sobre los convenios colectivos de trabajo, actualizar la ley de pasantías que data del 2008 y hace prohibitivo el tránsito de los jóvenes de la educación al mundo del trabajo y unificar los criterios de actualización de créditos laborales y valoración del daño en las justicias laborales.

Esta agenda exige dejar de seguir subestimado la importancia y la complejidad de la gestión pública y política. Las sospechas de corrupción en la ANDIS, el rotundo fracaso de la auditoría para detectar pensiones fraudulentas, las sistemáticas derrotas del oficialismo en el Congreso, el clima de desconfianza y descoordinación con los gobernadores ilustran algunos de los puntos de debilidad que es imprescindible corregir. El decidido apoyo del gobierno de Estados Unidos es clave para consolidar la estabilidad, pero sería un error de diagnóstico caer en el triunfalismo y subestimar la profundidad de los problemas de gestión.

El desafío técnico para lograr crecimiento económico con desarrollo social es sofisticado. Sin embargo, la mayor complejidad es política. La pobreza no se elimina con populismo. Pero tampoco subestimando las dificultades que plantean mejorar el funcionamiento del Estado y avanzar con las reformas estructurales.   
 

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