domingo 19 de octubre de 2025 - Edición Nº4229

Espectáculos | 17 oct 2025

Gastronomía

El ocaso de la vieja Güerrín: “Le han robado el alma”

La otrora pizzería arquetípica de calle Corrientes tergiversó su identidad. El tema es “cuestión de Estado” en la conversación digital y entre quienes eran habitués. El derrumbe en la calidad y la mala atención rankean alto en reclamos, sumado a los sobreprecios.


Acaparada por un grupo empresarial con variopintas firmas en su portfolio, la tradicional Güerrín de calle Corrientes pasó de “la” tradicional pizzería a una más del montón

Así al menos queda de manifiesto en las charlas de los viejos parroquianos que ya buscaron otros rumbos y, como suele suceder, la caja de resonancia pasan a ser también las redes sociales.

“Le han robado el alma, nos la han robado, es triste”, disparó hace unas semanas el internauta @endemianado, al tachar a Güerrín de “expizzería”

En alusión al nuevo salón inaugurado con toda la estridencia y desfile de influencers, esgrimió: “Los mozos disfrazados de italianos, la bandera de Italia por todos lados, frases en neón en italiano. Desolador, un símbolo de nuestra pizza porteña, de nuestra ciudad, de nuestra Gran Nación ¿qué le hicieron?”, dando cuenta además de la pizza “bastante normalita y con un sobreprecio”.

La periodista Flor Halfon Laksman sumó: “Tienen cantidad enorme de mesas y no te dejan elegir. Les molesta que seas un ser humano. Yo también me fui mal la última vez”.

Y su colega Fernando Soriano fue aún más al hueso: “Hace años que, por caso, Güerrín es una mierda. Pasó de ser una pizza meramente argentina, nacional y popular a un local para instagramers y turistas”.

A su turno, @tomas_oubina terció: “A Güerrín la compró el nefasto grupo que maneja Kentucky (a la cual también arruinaron) y desde ahí está en caída libre”.

Cuando se le recordó que pese a las críticas las largas filas siguen siendo moneda corriente en el establecimiento céntrico, arguyó: “Sólo los extranjeros distraídos pueden caer en la trampa nefasta que es hoy Güerrín. A un porteño de ley se le ocurren 10 pizzerías mejores en un minuto”.

“Muchachos, hace tres meses estaba 28 lucas la grande de muzza, ahora me dicen que anda en 35 y la cuatro quesos, que me salió 32... esta casi 50 ¿De qué hablan?, inquirió @PonzistaAnti.

Yendo de lo general a lo particular, el abogado y sibarita Carlos Maslatón supo ensayar una explicación de por qué volvía a la variante a la piedra: “Seamos realistas, la pizza de molde de la calle Corrientes ha caído en picada. No voy a dar nombres, es un proceso general de apenas un año y medio de deterioro ¿Qué han hecho?”. 

“La ‘masa’ parece pan de miga recalentado, la muzzarella ha sido degradada inexplicablemente. A los de Corrientes les digo, arreglen este desastre, no pueden imitar a las cadenas comunes dispersas en Buenos Aires que atentan contra la tradición de la Ciudad”, sentenció.

Claro que no pasó de un día para el otro a ser lo peor del centro porteño ni mucho menos, como los más acérrimos declaman. Pero sí se apaga definitivamente aquella mística de los mozos amables, los hornos centenarios y la cocción de la masa al mismo tiempo que se fundía la muzarella, con la consecuente y deliciosa costra que supo ser marca registrada. Hoy es la hora de las visitas guiadas, las fotos y la alta rotación, con la calidad del producto muy relegada.
 

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