La Línea F del subte empieza a tomar forma y promete ser un antes y un después en la movilidad de Buenos Aires. El nuevo trazado unirá Barracas con Palermo, conectando zonas densamente pobladas con polos laborales, educativos y recreativos.

El recorrido tendrá una extensión de 9,8 kilómetros y sumará 12 estaciones estratégicamente ubicadas: Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso, Corrientes, Santa Fe/Pizzurno, Recoleta, Pueyrredón/Hospital Rivadavia, Parque Las Heras/Coronel Díaz, Plaza Italia/Ecoparque y Pacífico. Con este esquema, la línea atravesará barrios como Constitución, San Cristóbal, Monserrat, San Nicolás, Recoleta y Palermo, generando una conexión directa entre el sur y el norte porteño.
Uno de los puntos más destacados del proyecto es su integración total con el resto de las líneas de subte y con los ferrocarriles Roca y San Martín, lo que facilitará los trasbordos y reducirá los tiempos de viaje. En especial, se espera que descomprima la Línea C, una de las más transitadas del sistema, al ofrecer una alternativa de conexión hacia el norte sin necesidad de pasar por el microcentro.
Las estaciones estarán diseñadas con tecnología moderna, accesibilidad total, ventilación natural, señalización inteligente y trenes nuevos equipados con aire acondicionado y sistemas de seguridad avanzados. Además, se proyecta incorporar espacios culturales y comerciales en los accesos, siguiendo el modelo de las líneas más recientes.
Según estimaciones, la Línea F podría transportar a más de 300 mil pasajeros diarios, favoreciendo no solo a los vecinos de Barracas y Palermo, sino también a quienes viven o trabajan en los barrios intermedios. Su trazado permitirá unir, en menos de media hora, zonas que hoy requieren varios medios de transporte.
Las obras comenzarán el próximo año, tras el proceso de licitación ya abierto. Con una inversión prevista de 1.350 millones de dólares, la Línea F se perfila como la mayor obra de transporte público en más de dos décadas, y una de las más esperadas por los usuarios del subte.
Si los plazos se cumplen, Buenos Aires sumará una nueva arteria subterránea que podría transformar la manera de moverse por la ciudad y dar respuesta a una demanda que lleva años bajo tierra.