El folklore argentino vive una nueva revolución sonora. En el epicentro de esa transformación están Los Tabaleros, una banda que ha sabido mantener la raíz viva mientras la viste de rebeldía, humor y energía rockera.
Su más reciente lanzamiento, Todo el folklore, no sólo es un EP: es una declaración de principios, una celebración artística que borra los límites entre lo tradicional y lo alternativo.
Con una propuesta que combina autenticidad, irreverencia y experimentación, el grupo reafirma su lugar como referente del folklore mutante en la escena musical contemporánea.
Concebido como una “primera temporada” audiovisual, el proyecto está inspirado en la televisión de los años 60, un homenaje lleno de ironía, nostalgia y color.
El EP está diseñado como un show televisivo retro: decoradoos de estudio, jingles, humor absurdo y estética analógica. Cada canción es un “episodio” que mezcla ficción y realidad, música y performance. La participación de Fabio Alberti como anfitrión completa el espíritu lúdico y teatral del proyecto.
Este universo visual, con la participación estelar del actor y humorista, funciona como una metáfora del espíritu del grupo: un espacio donde el pasado y el presente conviven en una fiesta permanente.
“Cuando nos dijo que sí, festejamos. Sabíamos que iba a aportar cosas que ni siquiera imaginábamos”, cuentan los integrantes de Los Tabaleros entre risas.
En este álbum, Los Tabaleros reivindican su concepto central: todo ritmo tiene raíz folklórica, sin importar su envoltorio. Desde el cuarteto cordobés hasta el rock urbano, la banda demuestra que las tradiciones pueden evolucionar sin perder su esencia.
El primer corte del EP, “Hielo, vino y coca”, es el punto de partida perfecto. Se trata del debut cuartetero de Los Tabaleros, una colaboración con Los Caligaris, íconos del ritmo festivo cordobés.
“Fue inevitable pensar en ellos —cuentan los músicos. Son recopiladores del ritmo y folcloristas del cuarteto. Cada vez que nos juntamos, aprendemos algo nuevo de su historia”.
La canción es una oda al agite, la amistad y la celebración popular, y marca el nacimiento de la “Tabafiesta cuartetera”, un concepto que mezcla humor, baile y energía colectiva. Con un sonido potente y letras cargadas de camaradería, el tema invita a brindar, bailar y derribar etiquetas.