El debate sobre el Régimen Penal Juvenil volvió a instalarse con fuerza luego de que Patricia Bullrich publicara en sus redes un mensaje donde reclamó que el Congreso trate “de inmediato” el proyecto que presentó durante su gestión en el Ministerio de Seguridad. La ahora senadora aseguró que la iniciativa está lista para ser discutida y acusó al Gobierno de haber puesto “otras prioridades” por encima de la seguridad.
El planteo se encendió a partir de una publicación del funcionario porteño Maximiliano Piñeiro, quien expuso el caso de tres menores —Cartriel (14), Isaías (15) y Alexis (15)— provenientes de José C. Paz y San Miguel, que acumulan 27 detenciones por robo solo en 2025. Según describió, los adolescentes son aprehendidos por la Policía de la Ciudad, pero vuelven a quedar libres a las pocas horas por ser inimputables, lo que alimenta una reiterancia delictiva difícil de frenar.

Bullrich retomó ese planteo y fue más allá: apuntó contra el kirchnerismo y aseguró que “siempre los defiende”, en referencia a sectores que se oponen a una baja de la edad de imputabilidad y a reformas punitivas. Para la senadora, aprobar la Ley Penal Juvenil es indispensable para frenar los episodios de violencia y evitar que la Justicia quede atada de manos ante adolescentes que reinciden.
Según la exministra, su proyecto establece un sistema de responsabilidad penal adaptado a menores de 14 a 17 años, con un régimen progresivo, instancias educativas y sanciones proporcionales. “Está lista para ser tratada”, insistió en su publicación, en la que aseguró que impulsará su aprobación “en el Nuevo Congreso”.
La discusión abre nuevamente un escenario de tensión política. Mientras sectores del oficialismo reclaman una revisión profunda del sistema y sostienen que la liberación rápida de menores favorece la impunidad, organizaciones de derechos humanos y dirigentes opositores alertan que bajar la edad de punibilidad no resuelve las causas estructurales del delito juvenil y puede llevar a criminalizar la pobreza.
Con la agenda de seguridad otra vez en el centro, el Congreso deberá definir si el debate avanzará en sesiones extraordinarias o si quedará para el nuevo período legislativo. Bullrich, por su parte, dejó en claro que no piensa soltar el tema: “Vamos por este objetivo: la vamos a aprobar”.