Franco Colapinto se fue del GP de Las Vegas con una mezcla de bronca e impotencia. Más allá de haber terminado en la misma posición en la que largó, el 15°, el piloto argentino dejó en claro que la experiencia en Nevada estuvo lejos de ser la que esperaba. Williams no logró darle un auto competitivo y él mismo lo resumió con crudeza: “Fue un desastre el auto, muy frustrante”, disparó después de bajarse del monoplaza.
El corredor explicó que desde la largada todo fue cuesta arriba. Sufrió un toque que afectó el rendimiento general y, según sus palabras, jamás logró encontrar ritmo. “Tenía cero grip, parecía que la parte de atrás se corría sola. No se podía doblar”, contó, desencajado, mientras evaluaba si los daños del inicio fueron los responsables de un desempeño tan pobre.
A pesar de las dificultades, el argentino avanzó algunas posiciones gracias a tres abandonos y a una situación excepcional: la descalificación de Lando Norris y Óscar Piastri, que alteró el clasificador final. Sin embargo, Colapinto aseguró que eso no cambia su lectura del fin de semana. “No sé si eran todos los daños que tuve, pero tampoco debería haberse sentido tan mal el auto. Una carrera mala, muy mala. Íbamos despacio, nada positivo”, sostuvo en diálogo con ESPN.
La frustración se potencia porque el equipo había tenido momentos prometedores durante la clasificación, especialmente con el tiempo de Pierre Gasly, que logró meterse en la Q3 con un sólido 1:51.760. Pero ese rendimiento jamás se trasladó a la competencia, y Colapinto lo padeció de principio a fin.
Con la gira por Estados Unidos ya cerrada, el argentino espera que las próximas fechas permitan un reseteo y que Williams encuentre soluciones. La temporada entra en su tramo final y Colapinto quiere volver a pelear por puestos más competitivos, lejos de la sensación amarga que le dejó Las Vegas.
