Rosalía en Buenos Aires, sus visitas y comidas argentinas

La visita de Rosalía a la Argentina duró apenas unos días, pero alcanzó para que la española se enamorara de varias costumbres locales. Entre recitales, encuentros con artistas y recorridas por la Ciudad de Buenos Aires, la artista también aprovechó para sumergirse en la gastronomía criolla. Y lo dejó claro en su último posteo de Instagram, donde subió una serie de fotos acompañadas por la frase “El cielo nació en Buenos Aires y de ahí nadie me baja”, que desató una ola de reacciones.

Entre las imágenes que compartió, uno de los grandes protagonistas fueron los clásicos sándwiches de miga de jamón y queso, un infaltable de cualquier juntada argentina. A juzgar por las fotos, la cantante no solo los probó, sino que quedó más que encantada con el ritual simple pero efectivo del pan de miga bien fresco.

Pero eso no fue todo: también se animó a tomar mate, otro símbolo nacional que no suele dejar indiferente a quienes visitan el país. Rosalía mostró el termo, la yerba y la infusión ya lista, dejando en claro que aceptó la invitación a cebarse unos amargos como corresponde. Y para completar el tour pastelero, se tentó con medialunas de manteca recién salidas de panadería, otro clásico porteño que aparece en su carrete.

En paralelo a su recorrido gastronómico, la española se tomó un rato para disfrutar de las vistas aéreas de Buenos Aires y hasta visitó La Bombonera. Allí la recibieron Trueno y Gerónimo “Momo” Benavides, quienes la guiaron por el estadio. La artista incluso corrió descalza por el césped y agradeció a Juan Román Riquelme por el regalo de una camiseta personalizada del Xeneize con su nombre y el número 10.

Su publicación no tardó en explotar en redes: además de miles de “me gusta”, figuras como Antonela Roccuzzo, Julieta Nair Calvo y Jimena Barón dejaron comentarios celebrando su entusiasmo. En apenas cuatro días, Rosalía pasó por Ferro para ver a Cindy Cats, charló con Charly García, se juntó con Lali Espósito, Emilia Mernes y Úrsula Corberó, y todavía tuvo tiempo para probar un menú bien argentino que, según sus propias palabras, la dejó “en las nubes” porteñas.