La ANMAT anunció este lunes una serie de modificaciones importantes en el Código Alimentario Argentino (CAA), que ya quedaron oficiales tras su publicación en el Boletín Oficial. La actualización incorpora nuevos productos, establece requisitos de calidad y apunta a mejorar la transparencia para consumidores y productores.
Una de las incorporaciones más llamativas es la de las hojas de olivo, que a partir de ahora quedan autorizadas para su uso en infusiones. Este ingrediente, conocido por sus compuestos antioxidantes y su uso tradicional en distintas regiones, pasa a tener un marco regulatorio que garantiza su calidad y seguridad a la hora de comercializarse.
Otro cambio fuerte llega con la nuez pecán y sus subproductos, como la pasta, la harina y el aceite. Estos derivados, ricos en proteínas y grasas saludables como los ácidos oleico y linoleico, suman valor nutricional y permiten ampliar opciones para la industria alimentaria. Con la nueva normativa, solo podrán venderse productos que cumplan parámetros estrictos de composición e inocuidad, algo que también impulsa a las economías regionales dedicadas al cultivo de este fruto seco.
El CAA también suma un producto poco común en las góndolas: las hojas de alcaparra en conserva. Su incorporación incluye criterios claros sobre sabor, olor y textura para asegurar que lleguen al consumidor con estándares adecuados. Esta actualización amplía el catálogo de alimentos regulados y mejora la transparencia sobre su calidad.
En paralelo, se oficializó el ingreso de las hojas y frutos de aguaribay para ser utilizados como saborizantes en bebidas alcohólicas. Se trata de una especie nativa del noreste argentino, con usos ancestrales en comunidades originarias. Su incorporación revaloriza saberes locales y establece un marco sanitario para su aplicación en la industria.
Por último, se aprobó la incorporación del aceite de palma virgen, un producto obtenido exclusivamente de la pulpa de la fruta mediante procesos mecánicos. La normativa fija límites de contaminantes y define características físico-químicas para asegurar su pureza y seguridad, reforzando la calidad del aceite que llegue al mercado.
Con estas resoluciones, el Código Alimentario Argentino suma más alimentos regulados, actualiza criterios de inocuidad y acompaña innovaciones de la industria, generando un marco más claro para productores y mayor confianza para quienes consumen.