La Legislatura porteña volvió a quedar en el centro de la escena después de que se presentara un proyecto de ley que busca cambiar por completo la forma en que funcionan los taxis, los remises y las aplicaciones de viaje en la Ciudad de Buenos Aires. La propuesta, impulsada por el diputado Alejandro Grillo, de Unión por la Patria, apunta a modernizar el sistema y poner fin a la intermediación con autos particulares no habilitados.
La iniciativa plantea una reforma integral del Código de Tránsito y Transporte, con un objetivo central: crear un marco regulatorio único para todos los servicios de transporte urbano, incluidos los que operan mediante apps. Según el texto, solo podrán circular vehículos inscriptos y choferes registrados bajo relación laboral formal, lo que dejaría afuera a miles de conductores que hoy trabajan con sus autos particulares a través de plataformas.
Entre los fundamentos, el proyecto remarca que la falta de actualización normativa permitió el crecimiento de servicios informales sin control, diferencias laborales marcadas entre trabajadores y una fiscalización insuficiente por parte del Estado. El diputado Grillo reforzó esa idea al señalar que se busca “un sistema más ordenado, con competencia leal y mayor seguridad para los usuarios”, y apuntó que muchos pasajeros hoy viajan sin seguros válidos ni choferes profesionalizados.
Las aplicaciones de viaje también quedan bajo nuevas exigencias: deberán tributar en la Ciudad, registrar cada viaje en tiempo real y transmitir datos a un servidor estatal. Además, habrá límites a la concentración del mercado y se fija un plazo de transición de tres años para que las plataformas habilitadas antes de 2024 se adapten a las nuevas reglas. El proyecto también impulsa la actualización de BA Taxi, exige que los conductores cumplan turnos obligatorios y habilita a usar más de una app a la vez.
Los taxis y remises también tienen su capítulo propio, con cambios en tarifas, turnos, requisitos técnicos y controles. Se establecen reglas claras para agencias y empresas despachadoras, se actualizan criterios de verificación, se unifican registros y se fijan sanciones que van desde suspensiones hasta inhabilitaciones por cinco años. Según Grillo, la caída en la cantidad de taxis activos refleja tanto la competencia desleal como los cambios en la movilidad urbana. “Queremos cuidar un servicio histórico de la Ciudad”, remarcó.
Con apoyo de varios gremios del sector, el proyecto promete abrir un debate caliente en la Legislatura, ya que impactaría de lleno en miles de trabajadores de apps y en la forma en que se mueven millones de usuarios. Por ahora, la propuesta sigue en comisión, pero ya encendió la discusión pública sobre el futuro del transporte urbano en Buenos Aires.