Análisis de CADIA (*)
En la Argentina cuando se habla de carne seguidamente se la asocia a la carne vacuna, producida a campo y/o terminada en confinamiento. A las otras carnes se las denomina: porcina, pollos, ovina, caprina y demás. Los pescados tienen una importancia relativa y de ello poco se dice. Sin embargo, el conjunto aporta a la producción y consumo de proteína de origen animal.
En los últimos años se han producido cambios sustanciales que conviene tener en cuenta. Hoy la carne vacuna no supera los 50 kilos de consumo por habitante año (se llegó a consumir 90 kg/h/a), la producción de pollos aporta unos 45 kilos a la dieta de los argentinos, y la porcina unos 20 kilos. El resto escasa participación.
¿Qué significa esto? sumando todas las carnes el consumo de proteínas de origen animal está en el orden de los 115-120 kilos, igual que en otros años, pero ahora la diferencia cualitativa está en la composición y origen de las distintas carnes.
Esta situación está más acorde con lo que sucede a nivel mundial. La producción de carne de pollo (2024) con 140 millones de toneladas supera casi en un 50 % a la vacuna (75 millones de toneladas), y la de cerdo con 120 millones se ubica en segundo lugar.
La tendencia futura continúa ampliando las brechas de producción entre las diferentes carnes. La carne de ave se consolida como una de las principales fuentes de proteína animal, gracias a su precio competitivo, disponibilidad y aceptación por parte de los consumidores en todo el mundo siendo un pilar clave para la seguridad alimentaria global y una oportunidad estratégica para los principales países productores y exportadores. El crecimiento demográfico y el aumento del ingreso promedio —principalmente consolidado a partir de la demanda del mercado chino—, requerirá de proteínas para una alimentación adecuada a las expectativas de cada población.
El incremento del precio de la carne vacuna al productor se trasladó al mostrador y en las últimas semanas creció un 15 por ciento aproximadamente. Para algunos observadores, el mercado argentino no convalidó esos precios y consecuentemente bajo el consumo, para otros, no hubo cambios en la demanda. La carne volvió a ser noticia. Pero su incidencia en el índice de costo de vida (IPC) no tiene la que refleja el cómputo por falta de actualización de la canasta básica, que ahora se promete para el próximo año. Está sobredimensionada su participación.
El sector ganadero, produce anualmente unos 3,5 millones de toneladas, de las cuales el 80 % se destinan al mercado interno, y se exporta por valor cercano a los 3000 millones de dólares a diferentes plazas con distintos productos y calidad. China es el principal destino con un 70 por
ciento.
En un trabajo de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) se particularizó que para el año 2025 el productor ganadero desembolsará US$ 9954 millones en reposición de hacienda, US$ 8592 de gastos directos e indirectos, US$1021 en bienes durable y US$ 755 millones en gasto. Se destaca el rubro de alimentación como el principal componente de gastos lo que representa un 73 % del total. Evidentemente la actividad tiene un efecto territorial y económico muy significativo.
Conocido el marco de entendimiento de el “Acuerdo de Comercio e Inversiones Recíprocas entre EEUU y la Argentina” anunciado por ambos presidentes, y sin que se conozca la letra chica que marque con precisión las decisiones previstas, la ampliación de la cuota de carne vacuna de Argentina de 20 a 80 mil toneladas tuvo reacciones en ambos países.
Productores ganaderos norteamericanos se manifestaron contrarios a la medida. También se trajo a la memoria la situación de la Argentina como país libre de aftosa con y sin vacunación. Hay que recordar que hace más de 20 años que no se registran casos en nuestro país.
Un convenio bilateral cambia algunas reglas de juego con respecto a los tratados multilaterales. El acuerdo que se consolide deberá ser aprobado por los congresos nacionales y también nuestro país informando al Mercosur.
¿Por qué los países hacen acuerdos comerciales cuándo son las personas y empresas particulares quiénes realizan las operaciones? Un acuerdo utilitario entre una economía desarrollada y otra de menor cuantía siempre beneficia más a esta última al abrirle un mercado con más posibilidades. También impacta más en una economía cerrada que en otra abierta. Aquí es importante considerar las inversiones y las seguridades para la producción y comercio. Sin confianza no hay posibilidad de mejoras ni de cumplimientos.
Estados Unidos produce cerca de 10 millones de toneladas de carne vacuna y cada año exporta e importa unas 2 mill/ton preferentemente en ambas puntas del consumo: de menor calidad para procesamiento y de carne de elevada calidad destinada al sector de las grandes cadenas de restaurantes con público de altos recursos.
¿Cuál es el significado de ese probable incremento de envíos? Para los EEUU, con una población de 350 mill de habitantes, las 60.000 toneladas extras representan 170 g/h/año. Para la Argentina si no se aumenta la producción una quita en la oferta de 1,30 kg/h/año que deberá ser compensada con la producción de las otras carnes. El desafío es, entonces, para el sector bovino mejorar la productividad en todos sus aspectos, incrementar el stock ganadero, aumentar el peso de faena y adecuar toda la cadena de procesamiento y comercialización.
En contrapartida (según lo que se conoce) el Acuerdo prevé la apertura del mercado argentino para productos avícolas, cerdo, medicamentos y reconocimiento de derechos y propiedad intelectual. A nuestro entender debería establecerse la reciprocidad para aves y cerdos porque la Argentina al ser productor de materias primas alimenticias (70 % del costo) debe promover sus producciones para transformarlas localmente en productos de mayor calidad biológica y valor, como lo viene haciendo muy eficientemente.
Una frase hecha a la medida de los argentinos “Otra vez… carne”. Su otra versión también común en muchas familias era “Otra vez… sopa”.
(*) Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos. Todas las profesiones agrarias en un lugar.